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Devocional: Facultado para el servicio

Por: Mendoza Daniel
Devocional: Facultado para el servicio
Fecha: Jueves, 29 de marzo del 2018 ID: 201700001840

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Efe 3:20  Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros

A través del Espíritu Santo, Dios da a Sus hijos todo el poder espiritual que necesitarán para vivir la vida cristiana.

Es un gozo saber que los dones espirituales no son como los juguetes cuyos paquetes dicen “se requiere baterías" Lo que el Espíritu provee no depende de baterías perecederas. En cambio, cuando el Espíritu asegura nuestra nueva vida en Cristo, también nos faculta y fortalece con cada recurso espiritual que necesitaremos para servir a Cristo y ministrar a otros.

El Espíritu Santo extrae de una fuente infinita de fortaleza y poder, como Pablo menciona en Efesios 3:20. En el verso 16 acababa de orar para que los efesios fueran “fortalecidos con poder en el hombre interior” Pablo estaba seguro de que el Espíritu de Dios puede hacer mucho más en las vidas de los creyentes de lo que la mayoría de nosotros podría imaginar. Muchos de nosotros no pasamos de la frase “y a Aquél que es poderoso” y con esa falla limitamos lo que el Espíritu Santo puede hacer en y a través de nosotros.

Pablo tenía mucho más que un entendimiento teórico de la fuente infinita del Espíritu de provisión, él lo había experimentado personalmente. Aun cuando había sido llevado al límite físicamente y espiritualmente, él dijo “estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos” (2 Cor 4:8-9) No podemos atribuir su perseverancia interna a ninguna otra fuente que el Espíritu Santo. No importa cuán difícil o desalentadora sea nuestra circunstancia, tenemos al mismo Espíritu.

Si somos obstaculizados, no tenemos que estar frustrados. Si somos confundidos, no tenemos que estar desesperados. Si somos perseguidos, no tenemos que enfrentarlo solos. Si estamos muriendo de alguna enfermedad física, podemos estar vivos en el corazón y espíritu. Nuestro cuerpo puede estar exhausto y en apuros, pero tenemos la seguridad de que nuestro ser interior se está renovando con una fortaleza fresca diaria del Espíritu Santo (2 Cor 4:16)

Por John MacArthur

Este artículo está bajo una licencia de Creative Commons.

Job 33:14 (RVR 1960)

Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios; pero el hombre no entiende.

Palabras Claves: John MacArthur Reflexiones Facultado para el servicio

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