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Gracia: una cosa esplendorosa

Por: Mendoza Daniel
Gracia: una cosa esplendorosa
Fecha: Sábado, 26 de noviembre del 2016 ID: 201600000359

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Salmo 84:11 Porque sol y escudo es Jehová Dios;  Gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad.

Utilizamos “gracia” para describir muchas cosas en la vida:

  1. Un atleta bien coordinado o una bailarina
  2. Buenos modales y ser considerado con los demás.
  3. Palabras hermosas y bien elegidas
  4. Consideración y cuidado por otras personas
  5. Varias expresiones de bondad y misericordia.

Esas declaraciones me recuerdan a Cristo. ¡Qué ilustración tan perfecta de la gracia!

Piensa en varios ejemplos: estuvo junto a una mujer sorprendida en adulterio, la Ley claramente declaraba que tenía que ser apedreada. Los asesinos de la gracia quienes la trajeron, demandaban lo mismo. Sin embargo Él le dijo a esos fariseos que se justificaban a ellos mismos, “el que esté libre de pecado tire la primera piedra” ¡Qué gracia!

Bajo la Ley, ellos tenían todo derecho legal de sepultarla bajo las piedras que traían en sus manos, y ellos estaban listos para hacerlo. Ahí estuvieron de pie con fuego de justicia en sus ojos, pero Él intervino en gracia.

Cuando Su amigo Lázaro murió, Marta lo encontró en el camino y María más tarde lo vio en casa. Ambas culparon al Señor por no haber llegado a tiempo. “Si hubieras estado aquí, mi hermano no hubiera perecido” Esa es una acusación fuerte. Él la tomó en gracia. Con una señal de Su mano, Él pudo haberlas enviado a la eternidad, pero se negó a contestarles en argumento.

Eso es gracia.

Cuando contó historias, la gracia fue su tema favorito. Él empleó un estilo de gracia con los niños. Habló del hijo pródigo en gracia. Cuando Él contaba historias de gente que fue sorprendida en situaciones sin esperanza, la gracia abundó, como con el buen samaritano. Y en lugar de ensalzar al religioso que habló de qué orgulloso debía estar Dios con tenerlo en Su familia, Cristo sonrió con favor ante el pecador que dijo “Señor ten misericordia de mí, pecador”

Aún desde la cruz, Él se negó a estar enojado con Sus enemigos. ¿Recuerdas Su oración? “Padre, perdónalos pues no saben lo que hacen” sin resentimiento, sin amargura.

¡Gracia Asombrosa! Notable la libertad que trajo. Y vino con toda fuerza de Aquél único en la tierra que tenía poder ilimitado: El Hijo de Dios.

Por Charles Swindoll

Este artículo está bajo una licencia de Creative Commons.

1 Timoteo 4:12 (RVR 1960)

Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.

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