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Logrando estabilidad espiritual

Por: Mendoza Daniel
Logrando estabilidad espiritual
Fecha: Miércoles, 24 de mayo del 2017 ID: 201700000481

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Mat 10:2 Los nombres de los doce apóstoles son estos: primero Simón, llamado Pedro

El primer discípulo que el Evangelio de Mateo nombra es Simón, llamado Pedro. Él era un pescador de oficio, pero Jesús le llamó a ser un pescador de hombres. Juan 1:40-42 registra el primer encuentro: “Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan, y habían seguido a Jesús. Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo). Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro)”

Pedro significa piedra. Cefas es su equivalente en arameo. Por naturaleza Simón tendía a ser impulsivo y vacilante. Aparentemente Jesús le llamó Pedro como un recordatorio de su futuro papel en la iglesia, que requeriría estabilidad y fortaleza espiritual. Cuando Pedro actuó como un hombre de fortaleza, Jesús le llamó por su nuevo nombre. Cuando pecó, Jesús le llamó por su nombre antiguo (Jn 21:15-17) en el Evangelio de Juan, Pedro es llamado Simón Pedro diecisiete veces. Quizá Juan conocía tanto a Pedro que se dio cuenta de que siempre estaba divagando entre el Simón pecaminoso y el Pedro espiritual.

Estaremos viendo cómo Jesús trabajó con Pedro para transformarlo en una verdadera roca espiritual. Fue una transformación asombrosa, pero no es diferente a lo que desea hacer en la vida de cada creyente.

Quizá no tengas la misma personalidad que Pedro, pero el Señor quiere que seas una roca espiritual igual. Pedro mismo escribió: “vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo” (1 Ped 2:5) Eso ocurre cuando creces en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo (2 Ped 3:18) Que ese sea tu objetivo continuo.

Por John MacArthur

Este artículo está bajo una licencia de Creative Commons.

San Juan 3:16 (RVR 1960)

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Palabras Claves: John MacArthur Devocionales

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