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Devocional: Recibiendo compasión

Por: Mendoza Daniel
Devocional: Recibiendo compasión
Fecha: Martes, 12 de septiembre del 2017 ID: 201700001006

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1 Ped 2:10  vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.

Oseas tuvo un papel único entre los profetas. Dios lo usó a él y a su esposa adúltera, Gomer, como una ilustración viva de Su amor por un Israel infiel. Cuando Gomer dio a luz a una hija, el Señor le dijo a Oseas que la llamara Lo-ruhama, que significa “no compasión” porque Su misericordia por Israel pronto llegaría a su fin. Cuando Gomer más tarde dio a luz un hijo, el Señor le dijo que lo llamara Lo-ammi, que significa “no es mi pueblo” pues ya no consideraba a Israel Su pueblo. Sin embargo ofreció esta esperanza diciendo “Y en el lugar en donde les fue dicho: Vosotros no sois pueblo mío, les será dicho: Sois hijos del Dios viviente” (Oseas 1:10)

En nuestra Escritura de hoy, Pedro aplicó ese texto del Antiguo Testamento a la iglesia del Nuevo Testamento, al igual que lo hizo Pablo en Romanos 9:25-26 “Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo, y a la no amada, amada. Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío, allí serán llamados hijos del Dios viviente” Dios rechazó al Israel incrédulo, pero extiende Su compasión a cualquiera que esté dispuesto a confiar en Cristo. Es particularmente cierto que los gentiles en la iglesia no fueron una vez el pueblo de Dios, pero ahora han recibido misericordia y son hijos amados de Dios.

La misericordia de Dios incluye Su cuidado providencial general por toda la humanidad, pero Oseas, Pedro y Pablo estaban hablando de Su compasión especial, primero en la salvación y luego en las bendiciones diarias,  por aquellos que Le pertenecen. Por eso Él retiene el castigo que merecemos por nuestros pecados y en su lugar nos otorga Sus misericordias.

Al reflejar la misericordia de Dios en tu propia vida deja que el Salmo 136:1 sea la canción de tu corazón: “Alabad a Jehová, porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia”

Por John MacArthur

Este artículo está bajo una licencia de Creative Commons.

Ezequiel 34:2-4 (RVR 1960)

Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños? Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas. No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, no volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia.

Palabras Claves: John MacArthur Reflexiones

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