Son muchos los países que han pasado por una situación similar a la que vive hoy, nuestro hermano país de Venezuela. Esta crisis por malas gestiones en el gobierno y la constante corrupción, han dejado episodios tristes y dolorosos en casi todos sus habitantes.
Los mismos que hoy pasan hambre, que no tienen un lugar donde habitar, abandonaron sus estudios, prescinden de trabajo, que han tenido que dejar familia, hijos, padres y salir del país para buscar un ingreso económico que les permita pasar sus días, el sufrimiento de esta nación es grande, su voz clama hoy por paz, anhelando que cese la injusticia, que terminen las muertes por las enfermedades que han contraído por la falta de alimento y medicinas, que termine este dolor.
Es por ello, que cuento contigo. Tú y yo sabemos cuánto poder tiene una oración que salga de lo más íntimo de nuestro corazón, nosotros conocemos que para Dios nada es imposible y Él a través de las circunstancias difíciles y adversas nos demuestra la magnitud de su dulce amor, ofreciéndonos su oportuno socorro.
Ven, y humillémonos delante de nuestro buen Dios, juntos invoquemos su nombre, en un mismo sentir pidámosle perdón, pidámosle por la restauración de Venezuela, elevemos un clamor por esta nación que necesita conocer al Único y Soberano Dios.
Que la fe siga incesante, que no se apague la esperanza, sino que esta sea hallada en Jesucristo, todos los días.