“Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.” (Colosenses 2:8)
El Espíritu Santo ordenó por medio del apóstol Pablo a los Colosenses que no se dejaran engañar por nadie que viniese a ellos con filosofías humanas (sistemas, principios, y conceptos originados en las escuelas de pensamiento de ese tiempo); o con vanas sutilezas (vana agudeza o ingenio humano para persuadir), todo esto basado en las tradiciones enseñadas por el mundo pagano. En pocas palabras, el mensaje de alerta que el Apóstol Pablo estaba dándoles a los Colosenses de parte del Espíritu Santo era: “No se dejen engañar por nadie que les quiera enseñar cosas que no provienen de Dios, que no están en Su Palabra”.
El mensaje dado a los Colosenses sigue siendo vigente para nosotros, los creyentes de los postreros días (Mateo 24:35). Es triste saber que hay millones de cristianos en todo el planeta que siguen obedeciendo más a las tradiciones paganas que a la misma Palabra de Dios (Mateo 15:3, 6).
Una de estas tradiciones paganas se celebra el día 14 de febrero de cada año, y es conocida con el nombre de “Día de San Valentín” o “Día de los Enamorados”, y se ha introducido encubiertamente en la Iglesia Cristiana Evangélica con otros nombres, como el “Día del Amor y la Amistad”.
La celebración del “Día de San Valentín” fue introducida por el Vaticano (la Gran Ramera) alrededor del año 498 d.C. por el papa Gelasio I para honrar el fallecimiento de “Valentín”, quien supuestamente era un “mártir católico” que había sido ejecutado por el Emperador Claudio II. La existencia de “Valentín” no está comprobada y es altamente dudosa.
Para algunos estudiosos católicos, “Valentín” fue un obispo italiano, para otros fue un mártir en una provincia romana de África, pero la versión más generalizada entre los católicos es que “Valentín” fue un médico romano que se ordenó sacerdote, y que se caracterizaba por casar a los soldados romanos en secreto, aun en contra del mandato del emperador Claudio II, el cual decía que estaba prohibido para los soldados romanos casarse porque eso estorbaba con su “carrera de armas” (oficio militar). Al enterarse el emperador Claudio II de lo que “Valentín” hacía, y al ver que éste no quería dejar de casar a los soldados ni negar el catolicismo, lo mandó a ejecutar el 14 de febrero del año 270.
Por esa razón, la Iglesia Católica honró la muerte del ahora llamado “San Valentín” como “el patrón de los enamorados” desde aproximadamente el año 498 hasta el año 1969, cuando el mismo Vaticano eliminó la celebración de forma oficial por considerar a “San Valentín” un “santo ficticio”.
Sin embargo, después del Vaticano haber celebrado a “San Valentín” por más o menos 1,471 años, esta celebración no se pudo eliminar, por eso, el mismo Vaticano de forma contradictoria (El papa Francisco “bendecirá” a 3,000 parejas de novios en el Vaticano este 14-feb-2014), y la gran mayoría de parroquias católicas siguen celebrando a “San Valentín” de forma local cada 14 de febrero. Además, esta celebración sigue vigente en otras Iglesias como la Ortodoxa, la Anglicana, y la Cristiana Evangélica…Sí, ¡la Iglesia Cristiana Evangélica Pentecostés!
De esta forma, hasta nuestros días, se sigue celebrando el 14 de febrero como el “Día de San Valentín”. Muchas iglesias cristianas evangélicas se han aferrado tanto a esta celebración, que hasta profanan el santo altar de Dios decorándolo para un “santo” (ídolo) de origen católico.
Muchos Pastores y líderes juveniles evangélicos defienden este acto aduciendo que ellos no celebran a “San Valentín”, sino el “Día del Amor y la Amistad”, y que tanto el “amor” como la “amistad” son bíblicos; y por lo consiguiente no tiene nada de malo. Por eso el profeta Isaías inspirado por el Espíritu Santo dijo: “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! ¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos!” (Isaías 5:20-21).
Lo mismo hacen ellos con la Navidad, la celebran diciendo que no es en honor de “Nimrod, Semiramis, y Tamuz”, sino para celebrar el “nacimiento o cumpleaños de Jesús”, haciéndose así ellos sabios en su propia opinión (Proverbios 3:7). Pregunto: ¿Acaso si alguien secretamente roba dinero de una empresa diciendo que es sólo “un préstamo” deja de ser culpable de pecado de robo? (1 Corintios 6:10) ¿O si alguien miente por razones que él considera “justas” deja de ser culpable de pecado de mentira? (Apocalipsis 21:8)
Por supuesto que no, de igual manera toda aquella persona que practica celebraciones paganas diciendo que son en honor a Cristo o en honor al amor y a la amistad, también está en pecado de idolatría y desobediencia. Cambiar el nombre del pecado no quita la culpabilidad, sigue siendo el mismo pecado, y la paga del pecado es muerte (Romanos 6:23).
El “Día de San Valentín” o “Día del Amor y la Amistad” al igual que la Navidad son celebraciones paganas que provienen de Satanás y no de la Palabra de Dios, y por lo tanto son anatema (Gálatas 1:6-10). No obstante, muchos cristianos siguen congregándose el 14 de febrero para honrar a “San Valentín”, haciendo banquetes en la Casa de Dios en honor a un ídolo (1 Corintios 10:28), fingiendo amar a sus hermanos (Romanos 12:9) aunque todavía no se hayan arrepentido genuinamente delante de Dios (Salmos 51:17) por los pleitos, celos, iras, contiendas, y disensiones que tienen en contra de uno o varios hermanos (Gálatas 5:19-21), queriendo tapar todas sus raíces de amargura y la envidia que carcome sus huesos (Proverbios 14:30) con un simple intercambio de regalos materiales y una sonrisa fingida; lo cual no es más que una tradición que el Vaticano tomó del paganismo de la antigua Roma, donde se adoraba al “dios del amor”, conocido como “Eros” en Grecia, y “Cupido” en Roma, en cuyas celebraciones se le ofrecían regalos u ofrendas a Cupido (dios del amor) para conseguir a una “persona amada” (Por eso “Cupido” sigue formando parte de la celebración del 14 de febrero y los intercambios de regalos también).
Y todo ese desenfreno en honor al “dios del amor” se sigue dando en nuestros días aun en formas sexuales, ya que el 14 de febrero es oficialmente el día más ocupado de los moteles y hospedajes, donde muchas jovencitas, aun cristianas, dejan su dignidad en una cama por el engaño de esta tradición.
Si tenías planeado celebrar esta fiesta pagana, no lo hagas, sal del engaño del catolicismo, para que cuando Cristo venga no te halle dentro de la Gran Ramera (Apocalipsis 18:4). ¡Arrepiéntete hoy! Dios no nos manda a amar a nuestros hermanos un día nada más, sino siempre, por eso la Biblia dice: “El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas.” (1 Juan 2:9)
Les ama en Cristo,
Hno. Diederik Maynard
Blog JESUCRISTO te llama HOY
Managua, Nicaragua