Médicos y enfermeras de hospitales en México vivieron angustiosos momentos por el sismo con magnitud de 7.5, que se presentó este martes 23 de junio con epicentro en Oaxaca.
Para el personal de salud lo prioritario es salvar la vida de los pacientes, aunque a veces su integridad dependa de ello.
Momentos en los que ocurría el evento sísmico, algunos médicos y especialistas se encontraban en quirófanos realizando intervenciones y procedimientos, por lo que no podían abandonar a sus pacientes.
En Toluca, doctores y enfermeras optaron por quedarse cuidando a los pacientes enfermos de Covid- 19 al no poder evacuar.
Un caso similar se presentó en el Hospital Juárez de la Ciudad de México, donde al momento del sismo, el oncólogo Armando Ramírez Ramírez, se encontraba cortando venas y arterias para retirar parte de la matriz a una mujer.
Ramírez relata que en el lugar se encontraban ocho personas, de repente alguien escuchó que habían activado la alarma sísmica pero no lo podían creer.
Al verse en esa situación, el especialista le decía a sus compañeros “señores a seguirle, a operar, a operar… nadie puede salir huyendo”. Para él de esas decisiones depende la vida o la muerte.
En el Hospital General Balbuena, en CDMX, se encontraba la anestesióloga Socorro en plena cirugía cuando comenzó a sentir el temblor producto del sismo.
“Es una mala combinación covid-19 y un sismo, ni en la peor pesadilla lo hubiera imaginado. Ya vivimos mucho estrés como para además vivir un sismo.
En el lugar la alarma que anunciaba el sismo sonó justo en el momento en el que le colocaban un bloqueo neuroaxial a un paciente en quirófano.
“El paciente aún de lado, con la aguja dentro y pasando la dosis. En eso inicia el movimiento sísmico y mi jefe nos dice ‘que no salga nadie, sólo replegarnos’ y eso hicimos… El paciente nos agradeció inmensamente que no lo abandonáramos”, dijo la anestesióloga.
En otro hospital destinado para pacientes con Covid-19, la urgencióloga Briscenia Arroyo, asegura que vivieron momentos angustiantes, muchos de los pacientes gritaban pidiendo auxilio.
Junto a ella, el personal de la salud se unió en un solo rezo para aliviar la tensión que se presentaba en el lugar.
“Pedimos a Dios que pasara, los pacientitos se unieron a nosotros, muchos entraron en crisis de ansiedad, algunos otros tratando de tranquilizar a los que estaban más desesperados”, expresó.
Añadió que” a Dios gracias, salimos de esta y estamos vivos. Lo único que hacíamos era estar rezando, pidiendo ‘Dios mío, que ya pase, que no vaya a pasar más”.
El evento sísmico hizo vivir momentos de temor y angustia a familiares, pacientes y autoridades de la salud, principalmente en los hospitales donde se presentaron daños en la infraestructura.
Pese a todos los contratiempos que vivieron enfermeras y médicos, sus acciones fueron reconocidas por los familiares de las personas que se encuentran internadas.
Incluso llamaron al personal de salud “héroes de batas blancas”, pues aún en los peores momentos permanecieron junto a sus pacientes.