En medio del brote del coronavirus, en China aún existe una gran cantidad de grupos cristianos que se niegan a ser controlados por el Estado, muchos siguen arriesgando sus vidas para llevar el mensaje de salvación a pesar de las amenazas y riesgos.
Muchos cristianos son incluidos en la lista de xie jiao, una lista que recopila a cristianos perseguidos.
Entre ellos se encuentran un grupo como los Gritones (Shouters), el movimiento evangélico protestante Renacer y la Iglesia de Dios Todopoderoso (IDT), así lo informa la revista Bitter Winter.
Cada uno de los miembros que pertenecen a estos grupos son duramente perseguidos y con frecuencia sentenciados a largos años de prisión.
Solo durante los meses de febrero y marzo, al menos 325 miembros de la IDT fueron capturados a lo largo de toda China en medio del brote de coronavirus y algunos de ellos están en espera de su sentencia.
Tras ser arrestados la presión continúa. Los creyentes son acusados de “celebrar reuniones ilegales y alterar el orden público”, son interrogados con fuerzas y torturas para que revelen información sobre las iglesias a las que pertenecen, su ubicación y sobre quién publica libros o contenidos religiosos.
Muchos creyentes que se resisten a ser controlados por el régimen comunista de China, esperan sentencias hasta de 15 años de prisión, sin tener en cuenta su avanzada edad ni de su deteriorado estado de salud.
La campaña llega ahora que Xi, el líder más poderoso de China desde Mao Zedong, trabaja para controlar de manera más agresiva la religión en todo el país, incluida la detención de miles de musulmanes en la región occidental de Sinki.
Desde el año 1982, China adoptó una nueva constitución que teóricamente garantizaba la libertad de religión en el país, pero esta no impide que las autoridades atenten siempre en contra de los cristianos; exigan lealtad patriótica a imanes y pastores; y hasta decidan cómo debían rezar los fieles.
Técnicamente, la existencia de las religiones está permitida en China (hay más de 60 millones de cristianos) pero la constitución también dice que “los organismos y asuntos religiosos no están sujetos a ninguna dominación extranjera”.
Ese es el obstáculo clave para la iglesia católica y evangélica. China limita el número de religiones autorizadas a cinco: budista, taoísta, protestante, católica y musulmana.
