En Sudán del Sur, un grupo de 23 cristianos fueron asesinados en un ataque de origen desconocido por parte de las autoridades.
Entre los fallecidos se encontraban, hombres, mujeres y niños. Las víctimas se encontraban en una iglesia cuando fueron asesinadas y las autoridades, aún no tienen información sobre quién fue el responsable del crimen.
Este es un gesto más de de persecución religiosa en el pueblo de Makol Cuel, en el estado de Jongle, Sudán del Sur, y lo que más llama la atención es que nadie ha hecho un reclamo por la matanza.
Según reportes de la organización Puertas Abiertas, la mayoría de los habitantes del estado son cristianos, pero la región es conocida por los constantes enfrentamientos entre grupos étnicos, lo que podría ser una razón de la motivación del ataque.
Informes revelan que en los últimos años se ha registrado un aumento de la violencia en la región, luego de que grupos fuertemente armados comenzaran a circular en el estado, provocando el desplazamiento de al menos 60.000 personas, que ahora arriesgan la supervivencia en otras zonas del país, que atraviesa una guerra civil.
Reuben Akurdit Ngong, un líder cristiano, dijo en una entrevista a un periódico local que esperaba una acción del gobierno para proteger a los civiles en la región. La perspectiva fue también compartida por el portavoz de Open Doors para África subsahariana.
La organización se pronunció diciendo: “Nos sumamos al llamado para que el gobierno haga todo lo posible para proteger a los civiles de ataques como estos. La única forma de resolver la crisis es respetar a todas las partes que han firmado acuerdos de paz y enjuiciar a los culpables de violar las resoluciones“.
La iglesia tiene un papel importante que desempeñar en la construcción de la paz, animando a todos los involucrados a respetar la dignidad humana mientras resuelven las diferencias”, agregó el portavoz.
Recientemente, el gobierno de Sudán eliminó la pena de muerte por el delito de apostasía, que afectaba a los cristianos que se negaban a convertirse al islam.
Las reformas del código penal del país despenalizó también el consumo de alcohol para los cristianos. La sentencia de muerte se mantiene en el país, pero reservada a los casos de asesinato y “otros crímenes atroces que requieran retribución”.
A pesar de eliminar la pena de muerte, los cristianos siguen padeciendo acoso, violencia y muchos de ellos continúan siendo víctimas de asesinatos. Oremos por ellos para que sea Dios fortaleciendo sus vidas y llenándolos de fe cada día en medio de las tempestades y adversidades que enfrentan.
