Los oficiales de detención fueron testigos de que 30 varones y 9 mujeres rindieran sus vidas a Cristo. El comandante Julián Couch y Abbruscato los bautizaron en una de las dos pequeñas piscinas portátiles, armadas en un estacionamiento seguro de la cárcel.
"Algunos de los internos salieron del agua llorando y glorificando al Señor. He visto una gran cambio en ellos”, expresó Abbruscato”.
“Ellos fueron tocados por el Espíritu Santo de una manera poderosa. Fue como una experiencia pentecostal, creo que eso fue preparando el escenario para lo que realmente sucedió el domingo, el bautismo”, manifestó el capellán, Vinny Abbruscato.
El bautismo ha sido el resultado del arduo trabajo evangelístico que se hace desde varios años atrás en la cárcel. Aproximadamente 30 ministerios de la iglesia entran y salen de la cárcel para dejar semanalmente el mensaje del Evangelio.
“Soy un cristiano y al igual que todos los cristianos, creemos que Jesús es el camino”, exclamó el preso, Reginald.
Fuente: CBN