SEATTLE, EEUU. -Una encuesta del Discovery Institute, con sede en Seattle (Washington – EE.UU.), que entrevistó a 3.700 adultos estadounidenses, entre ellos los agnósticos y ateos, mostró que 6 de cada 10 ateos se maravillan con el diseño “exquisito” y la complejidad de la naturaleza. Ellos admiten que este diseño inteligente los hace pensar que la existencia de Dios es realmente posible.
El estudio tuvo como objetivo evaluar si la creencia en la teoría de la evolución en realidad tiene un efecto sobre las creencias religiosas.
Las personas que creen en la teoría de que los humanos evolucionaron de los monos son menos propensos a creer en Dios. “Que yo sepa, esta es la primera vez que una encuesta nacional intentó cuantificar el impacto de la teoría de la evolución en la fe y la ética”, dijo el Dr. John West, director asociado del Centro de Ciencia y Cultura de Discovery Institute, una organización que patrocinó la investigación.
A los encuestados se les dio una lista de ideas relacionadas con la ciencia y la naturaleza, y se les pidió que identificaran cuál de estas ideas “tornaban la existencia de Dios menos probable, más probable, o si había tenido ningún impacto en su creencia en la existencia de Dios”.
Alrededor del 45% de los encuestados estuvo de acuerdo con la afirmación de que “la evolución muestra que los seres humanos no son fundamentalmente diferentes de otros animales”. Otro 43% también cree que la evolución “demuestra que ningún ser vivo es más importante que cualquier otro”.
Casi 7 de cada 10 ateos – y más de 4 de cada 10 agnósticos – en América también dijeron que su creencia en Dios se vio disminuida porque pensaban en la teoría evolutiva plausible. Tanto los ateos y agnósticos creen que “la evolución muestra que las creencias morales evolucionan con el tiempo, en función de su valor de supervivencia en distintos momentos y lugares”.
Diseño inteligente
El choque de ideas ha sido objeto de numerosas conferencias, como fue el caso del científico Adauto Lourenço, que dio una conferencia en el auditorio de la Universidad Presbiteriana Mackenzie en 2011. Para él, hay varios factores que demuestran que el universo no fue creado por un fenómeno natural. “Si la tierra estuviera un poco más cerca del sol, la vida no existiría, si estuviera un poco más lejos del sol, la vida no existiría, si girara un poco más rápido, la vida no existiría, si girara un poco más lento, no existiría la vida”, dijo.
“Hay varios factores, casi todos ellos directamente relacionados con la cuestión de la existencia de vida. Cuando tenemos un gran número de coincidencias, la probabilidad de que se han producido de forma simultánea, a través de procesos naturales, es muy pequeña”, dijo.