EE.UU.- Conocida en la industria del porno como Nadia Hilton, la actriz cambió radicalmente su vida. Hace más de tres años, la americana Crystal Bassette, dejó la fama y el dinero para convertirse en una pastora.
En una entrevista con Barcroft TV, Crystal informó que sufrió traumas del pasado: “En mi primera grabación después de la escena, me senté en la ducha y lloré durante dos horas”. Crystal tuvo contacto con el mundo de la pornografía después de convertirse en una madre soltera todavía joven, actuando en más de un centenar de producciones
Con un ingreso superior a 317 mil dólares por año, la ex actriz vivió en una mansión con siete automóviles en el garaje y era dueña de una discoteca, además de ser reconocida en la calle a menudo por sus seguidores.
De acuerdo con UOL, después de la experiencia de un accidente automovilístico en mayo de 2014, ella decidió cambiar su vida y ahora es una pastora. Ella empezó a ir a la iglesia con su hermana, donde se casó con un hombre cristiano: David Bassette, a quien le tiene un hijo.
La pastora Crystal dice que es feliz con su nueva vida y ahora puede centrarse en hacer el bien a las personas.
En cuanto a su pareja actual que también es pastor ella dice: “Sabía sobre mi pasado porque mi hija iba a su congregación. David es la clase de persona que cree que tu pasado es tu pasado. No puedes estar mirando para atrás”.
Hablando de sus inicios en la pornografía Crystal detalló: “Me convertí en un objeto. No podía salir de mi casa sin mostrarme salvaje, con tacos altos o una camisa sugerente. Tenía que mostrarme todo el tiempo como un símbolo sexual”.
“Me gustaría que la gente sepa que Dios puede perdonar, no importa cómo sea tu pasado. Quiero que la gente vuelva a Cristo a través de sus relaciones y sus experiencias. Mi pasado me hizo lo que soy hoy y Dios cambió mi vida completamente”, dijo desde su púlpito en el templo la ahora pastora.
Tragedias promueven transformaciones
Ian y Larissa Murphy son una pareja marcada por la superación que sólo puede venir por la gracia divina. Se conocieron en la universidad en 2005. Unos 10 meses más tarde, ya habían hecho planes para seguir comprometidos. Planeaban casarse poco después de terminar la universidad en diciembre de 2006.
Pero todo cambió cuando Ian sufrió un terrible accidente de automovilístico, provocándole esto una lesión cerebral debilitante. El 30 de septiembre de ese año, Ian iba a trabajar cuando casi perdió la vida. Sin embargo, las consecuencias fueron muy graves.
Ella cree que Dios le salvó la vida a su marido porque él tenía un propósito. Así que le gusta citar un pasaje bíblico: “Todas las cosas ayudan a bien a los que aman a Dios y son llamados conforme a su propósito” (Romanos 8:28). Cuenta que este pasaje se ha convertido, en cierto sentido, el “lema” de su boda.