ISRAEL. – Muchos debates que involucran la fe y la ciencia se refieren al número de evidencias que sirven para fundamentar los relatos históricos de la Biblia. Afortunadamente, la arqueología bíblica ha tenido un gran éxito en este choque, como los nuevos descubrimientos han revelado que más y más datos confirman la historicidad de los textos bíblicos.
Un ejemplo reciente fue encontrado debajo del Centro de Convenciones de Jerusalén (Binyanei Ha’Uma), durante la realización de reformas in situ.
Los arqueólogos han encontrado una piedra con la inscripción “Jerusalén”, que data de unos 2.000 años, lo que significa que es el registro más antiguo de la ciudad a disposición de forma clara y en hebreo.
La palabra no estaba aislada. Ella fue insertada en la frase “” Hananiah, hijo de Dódalos de Jerusalén”, lo que representa un dato histórico que va más allá de la geografía. Se refiere también a la existencia de figuras humanas, de forma detallada, lo que fundamenta aún más la confiabilidad de la evidencia.
“Las inscripciones de la época del Primer y Segundo Templo mencionando Jerusalén son escasas.
Y más raro aún es que esté escrita completamente la forma en que lo hacemos hoy, ya que, normalmente (el nombre de la ciudad), aparece abreviado”, dijo el arqueólogo Yuval Baruch, de la AAI, y Ronny Reich.
Baruh es profesor de la Universidad de Haifa y su énfasis en la singularidad del descubrimiento resalta la importancia del registro arqueológico no sólo para judíos sino para cristianos.
La pieza encontrada será exhibida en el Museo de Israel, en Jerusalén, componiendo el acervo histórico del lugar. Hasta entonces, el registro más antiguo sobre Jerusalén formaba parte de una moneda, donde existe la mención de la “Gran Revuelta” contra los romanos, ocurrida entre los años 66 y 77 después de Cristo.
Con información de la agencia EFE
