SANTIAGO, REPÚBLICA DOMINICANA. – La Federación de Pastores del Cibao condenó el atropello, que según denuncian, cometieron varios agentes de la Policía Municipal de esta ciudad contra un predicador evangélico que fue apresado y retirado a la fuerza de una plaza pública de aquí mientras se encontraba predicando con un megáfono, un hecho ocurrido el pasado fin de semana.
Así lo hizo saber este lunes (20)el reverendo Osvaldo Torres, presidente de dicha entidad, quien denunció que desde el Ayuntamiento de Santiago están violando la libertad de culto con el apresamiento “ilegal” de Édison Núñez.
“Nos sentimos indignados y estamos molestos por la forma como se trató a este joven, que según se puede escuchar en el video, les dijo con mucha decencia déjenme terminar el mensaje… y se le trató como si fuera un delincuente”, señaló el religioso.
Torres pidió respeto para esa comunidad, así como para otras que predican la palabra de Dios. El pastor puso la Federación que dirige a la disposición del Alcalde, Abel Martínez, para trabajar en la organización de la ciudad, “pero con orden, no se organiza una sociedad con desorden”.
Le recordó al ejecutivo municipal que él, así como otros candidatos a cargos electivos en el pasado proceso electoral utilizaron las llamadas disco lights para promover sus propuestas “sin ningún respecto”.
El apresamiento de Édison Núñez fue catado en video por un ciudadano que se encontraba en un lugar y colgado en las redes sociales. En las imágenes se ve a los agentes tomar por los brazos al hombre y posteriormente montarlo en un vehículo de la Policía Municipal.
Esta acción que encabezaron los Policías Municipales ha encontrado también el rechazo en otros sectores de la sociedad.
Ayuntamiento alega falta de permiso
En una nota de prensa enviada a los medios de comunicación, el Ayuntamiento justificó la acción alegando que el predicador no contaba con el permiso correspondiente para realizar dicha actividad.
En la misma refieren que los policías municipales se presentaron al parque Duarte a requerimiento de feligreses de la iglesia católica y visitantes de dicho espacio, que durante mucho tiempo han visto afectada la paz y el sosiego, por el uso permanente de un megáfono y bocinas por parte del predicador.