Un religioso católico que abusó sexualmente de una mujer y una niña, recibió una condena de ocho años de cárcel, informó BBC.
Al sujeto, identificado como Meirion Griffiths, de 81 años, se le imputaron los cargos de asalto indecente el mes pasado.
Se mudó a Perth en Australia desde Chichester, en West Sussex, pero fue extraditado al Reino Unido para enfrentar la justicia.
El juez del Tribunal de la Corona de Portsmouth, expresó que las acciones de Griffiths fueron una “enorme violación de la confianza”.
Por su parte, el juez Roger Hetherington describió los efectos sobre las dos víctimas como “devastadores”.
El líder religioso, era vicario de la iglesia de St. Pancras en Chichester, Inglaterra, en el momento de los abusos.
Fue declarado culpable de dos cargos de asalto indecente contra la adolescente Julie Macfarlane, a mediados de la década de 1970.
La denunciante confesó que tenía 16 años cuando tuvo un primer acercamiento con Griffiths para discutir dudas referidas a su fe.
“Fue entonces cuando ocurrió el primero de lo que fue un año de agresiones sexuales”, testificó.
Griffiths también fue condenado por dos cargos de asalto indecente contra una mujer de unos 20 años en 1982.
Por su parte, el fiscal Richard Witcombe dijo que el religioso, atacó a la Sra. Macfarlane que asistía a clases bíblicas y grupos sociales en su iglesia.
La corte también escuchó que el religioso abusó de ella mientras le enseñaba a conducir y durante los viajes a la playa se quitó toda la ropa mientras nadaba.
“Como resultado de ganar su confianza, pudo abusar de ella … diciéndole que era lo que Dios quería”, comentó Witcombe.
Hablando después de la audiencia, la Sra. Macfarlane recordó cómo su madre diría: “Es muy amable por parte del ministro ofrecerle lecciones de manejo, debe ir con él”.
“Encontraría un lugar, ya sabes, una calle desierta, una playa, un maizal en un caso, diferentes lugares donde no había nadie alrededor, y nuevamente se forzaría sobre mí”, denunció.
Una declaración de la segunda víctima leída ante el tribunal, describió cómo intentó suicidarse durante el abuso y continuó sufriendo un trastorno de estrés postraumático.