BRASIL.- El renombrado Instituto Goethe, de Porto Alegre, desde finales de abril está con la exposición de arte “Pixo / Grafito: Realidades Paralelas”. Entre las obras firmadas por Rafael Augustaitiz y Amaro Abreu, una de ellas generó gran polémica en todo Brasil.
En la pared exterior se hizo una pintura que representa a Jesús decapitado y puesta su cabeza en una bandeja. Para muchos residentes de la ciudad y personas que tomaron conocimiento de la imagen por internet, se trata de una blasfemia.
Goethe trató de restar importancia a las críticas a través de una nota, que se queja de “mensajes de odio”, debido a la imagen de Jesús decapitado, afirmando que “En ningún momento fue la intención del proyecto o del Instituto herir los sentimientos religiosos. Respetamos todas las creencias, manifestaciones y libertades de expresión”.
Pero acabó siendo desmentido por el autor de la pintura. En declaraciones al diario Zero Hora , Augustaitiz explicó que su obra critica, sí, la religión. Él describió la obra como “Teolorgia 171, que sería una mezcla de teología con el artículo 171 del Código Penal, que prevé el estelionato.
Sin pudor, aseveró que la cabeza de Jesús, roja y con ojos amarillos, mostraba su transformación en un demonio. “Dios, al ser decapitado, se convirtió en Diablo”, resaltó. A pesar de su indiferencia hacia la fe de otras personas en las primeras horas del martes (1), la cabeza de Jesús fue borrada con tinta negra por un desconocido, que escribió: ”Él resucitó”.
[ Fuente: Gauchazh ]