En la localidad de Tatamadaw, Birmania, militares lanzaron una granada que afectó a una iglesia y dejó a dos muertos y varios heridos en medio de una persecución a un supuesto grupo rebelde, informa Fides.
Los desplazados en Birmania creían que podían refugiarse en la iglesia, sin embargo, esto no ocurrió así.
El ataque ocurrió en una iglesia católica jesuita llamada Sagrado Corazón de Pekhon.
Los jesuita condenaron los ataques enérgicamente y piden a los militares aclarar los hechos, asimismo, los cristianos exhortan a los militares a cesar los ataques contra los civiles cuya intensidad han dejado edificaciones destruidas.
El 1 de febrero una junta militar secuestró el poder de Birmania y esto ha traído numerosas manifestaciones violentas.
Hasta el día 23 de mayo los enfrentamientos entre manifestantes y militares dejaron 818 fallecidos.
El sacerdote birmano, Maurice Moe Haung, quien reside en Italia, asegura que el compromiso de los cristianos en Birmania cada vez es más grande. Además, describe la situación como violenta, donde inocentes viven una tragedia sin precedentes.
Haung finalizó apuntando que se une al llamado del Papa a llamar a la no violencia.
*Noticia extraída de Noticiacristiana.com