Cada siete segundos, una niña menor de 15 años se casa en algún lugar del mundo, según un informe de la ONG en el que se alerta las consecuencias de este tipo de matrimonios precoces para el desarrollo físico, psicológico y social.
Las estadísticas son escalofriantes. Ser una esposa tan joven es uno de los factores que más afecta el futuro de las mujeres y niñas alrededor del mundo. "El matrimonio infantil inicia un ciclo de desventajas que les niega a las niñas los derechos más básicos de aprender, desarrollarse y ser niñas", dice la directora ejecutiva de Save the Children.
Asimismo, el director general, Andrés Conde, advirtió que «el matrimonio infantil pone en marcha un ciclo de marginación que niega a las niñas sus derechos más básicos, como la educación o la propia libertad». Estas menores, añadió, «generalmente no pueden ir al colegio y quedan más expuestas a situaciones de violencia doméstica, abusos y violaciones».
Las historias de las niñas-novias son desgarradoras y dolorosas. "Me entregaron a un esposo a los 12 años. No estaba feliz de casarme a esa edad, pero mi padre dijo que nadie me podía cuidar porque mi mamá no estaba. Yo no fui feliz. Estaba llorando. No fui capaz de acostumbrarme a lo que era el matrimonio y luego quedé embarazada y mi marido me abandonó", dijo 'Tamrea', una niña de Etiopía.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) han marcado poner fin al matrimonio infantil para el año 2030, pero al ritmo actual esta meta parece improbable. Si no cambia la tendencia, el número de mujeres casadas durante su infancia aumentará de los 700 millones actuales a 950 millones en 2030 y 1.200 millones en 2050.