EE.UU.- Como una de las bandas más aclamadas y rentables, David Frazier y “Outspoken” estaban al borde del estrellato del rock. Pero el crack y la cocaína acabaron llevando al músico a intentar el suicidio. Hijo de un pastor, tuvo una infancia tranquila, hasta que a los seis años fue abusado sexualmente por un muchacho mayor.
“Todo simplemente cambió dentro de mí, fue un tipo de culpa que ni siquiera podría decir con palabras”, dijo.
El abuso le hizo le despertar sentimientos que no podía entender. “Era como llegar al límite de un océano, placeres, oportunidades”, puntuó.
Más tarde descubrió la pornografía. Como un vicio, este mal fue lentamente apoderándose de David y se convirtió en un hombre amargo en relación a su familia y Dios. “¿Por qué me siento así? ¿Por qué me siento tan enojado? ¿Por qué siento tanto miedo y porque me parece que estoy siendo aplastado bajo el peso de la culpa?”, Se preguntaba.
Después de la secundaria, David ayudó a formar la banda, “Outspoken”. En poco tiempo, el grupo estaba tocando frente a miles de fans y él prosperó en eso. “Esa fue mi nueva droga, yo estaba siendo adorado, yo sabía que cuando me veían me iban a perseguir por los pasillos, y lo adoraba”, relata.
Ser una estrella del rock alimentó la necesidad de David de sexo y drogas. Pero fuera de los reflectores, se sintió como es malo estar solo. “Cuando dejé la banda, nadie estaba allí para elogiarme y caí en profunda desesperación, me sentaba en medio de mi apartamento en pura depresión y pensaba: Hey, tengo una buena idea, vamos a buscar algunas drogas. Me Dejará bien”, recordó.
Drogas
David intentó crack y cocaína. “Todo lo que estaba viviendo era sólo comprar drogas para quedarme en ese estado”. Él comenzó a frecuentar nuevamente los ensayos y grabaciones de la banda pero acabó siendo expulsado. En los cinco años siguientes, pasó a profundizarse aún más en las drogas. “Yo quería quedarme allí porque volver a la realidad era muy doloroso”, dijo.
Intentó ir a la iglesia, pero no logró escapar de sus vicios y del hombre que él había hecho. “Yo era una concha vacía, sin esperanza, sin propósito, sin sentido, ¿por qué estoy aquí, qué estoy haciendo?”. Un día, tratando de comprar drogas, David fue asaltado. “Me dejaron en la calle, me quedé atrapado sin dinero y con neumáticos ponchados”.
David perdió toda esperanza. Buscando algunas monedas él compró una botella de cerveza. Después de que bebió, rompió la botella e intentó acabar con su vida. “Yo estaba casi cometiendo suicidio cuando oí al Señor que habló conmigo, él me dijo: ‘Sal de tu carro y llama a tu madre, ahora mismo’. Era como si algo estuviera sobre mí y yo no tuviera elección'”, subrayó.
Esperanza
David dice que finalmente sintió paz. “Sentí esperanza por primera vez en mi vida y entendí lo que era esa esperanza, era Jesús”. Poco después, su hermano lo recogió, y al día siguiente, la familia lo llevó a una instalación de rehabilitación. Él dice que su deseo de drogas desapareció inmediatamente, pero él todavía tuvo que enfrentarse a la verdad. “Yo llegué a caer, porque era difícil enfrentar el problema, no era la droga, no era la pornografía, no era la música, era yo, yo era el problema”, puntuó.
David entregó su vida y devoción a Dios. “Yo entendía que Jesús era Dios, y que Él murió por mí, y yo entendía que Él no era sólo suficiente, él era más que suficiente, en toda esa locura, él me persiguió, no me dejó ir y yo dije: “Yo puedo adorar a un Dios así”. Y entendí que el Dios que yo pensaba que era, no era el Dios que Él realmente es”.
David admite que fue difícil, pero con la ayuda y el perdón de Dios, él superó su vicio en pornografía y su culpa. Se casó con Kim en 2009, y hoy lidera un instituto bíblico y aconseja hombres que luchan con vicios sexuales. “Todavía estaba allí, él siempre estuvo allí, él estuvo conmigo todo el tiempo”, finalizó.