Una campaña de oración dio lugar a muchas vidas salvadas. En realidad, esa fue una de las mayores ya realizadas. Llamadas 40 Días por la Vida (40 Días por la Vida) está reportando un récord de 492 niños salvados del aborto. La iniciativa ocurrió en todo el mundo, en 375 locales, uniendo iglesias y personas que conocían a alguna madre considerando el aborto.
A 40 Días por la Vida es auto descrita como una “campaña basada en la comunidad que lleva un enfoque determinado y pacífico para mostrar a las personas las consecuencias del aborto en sus propios barrios, para sus amigos y familias”.
La Life News informa que, en muchos casos, el simple acto de presentarse para orar en la calzada era el medio de divulgación más eficaz: “Un día estábamos orando, simplemente orando – no aconsejando, sino simplemente orando”, dijo Salvador, un activista en Greensboro, Carolina del Norte (EEUU).
Él dice que mientras oraban, vieron a una joven en el estacionamiento de la clínica de aborto por varios minutos antes y que finalmente se estacionó y salió del carro. “Ella me dijo que necesitaba oraciones”, dijo Salvador. “Le pregunté si ella estaba allí para un aborto y ella dijo ‘sí’, entonces empezamos a orar con ella”, subrayó.
Después de la oración, los voluntarios dieron a la mujer información sobre los recursos del embarazo en el área de Greensboro. “Le di una cartilla y ella partió”, dijo Salvador.
En una vigilia en Winnipeg, Manitoba, otra voluntaria de 40 días por la vida describió un encuentro con una madre que buscaba a su hija en una clínica de aborto. “Ella dijo que estaba en contra del aborto, pero su hija estaba en el hospital para quitarle la vida a su bebé. Su hija había quedado embarazada en una relación con un hombre abusivo y drogado”, contó.
María, la voluntaria, preguntó a la madre sobre lo que ella pensaba sobre la adopción, y la madre respondió que estaba preparada para criar al niño. “Yo le aseguro que las dos tendrían nuestras oraciones y ella entró”, dijo María. Pocos minutos después, la mujer salió del edificio y le dijo a los voluntarios que llevaba a su hija a casa. La joven estaba reconsiderando su decisión, y “la madre estaba sonriendo ampliamente”, dijo María.
