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Devocional: Certeza de salvación

Por: Mendoza Daniel
Devocional: Certeza de salvación
Fecha: Martes, 08 de agosto del 2017 ID: 201700000845

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Rom 5:9-10  Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.

Jesucristo libra a sus hermanos no sólo del pecado y de su juicio, sino también de la incertidumbre y duda acerca de esa liberación.

Dios es un Dios de ira. Pero la ira que debía ser derramada sobre la humanidad, Cristo la tomó sobre sí mismo. Esto es lo que quiso decir el apóstol Pablo cuando dijo que aquellos que ponen su fe en Él han sido “justificados por su sangre” y tienen la certeza de ser “salvos de la ira de Dios por medio de Cristo” (Rom 5:9) Como resultado de la obra redentora de Cristo, todos los cristianos son identificados con Cristo, son adoptados por Dios como hijos a través de Él y ya no son “hijos de ira” (Efe 2:3)

Pero Pablo no termina ahí porque la constante obra intercesora de Cristo tiene una gran importancia para cada creyente y la seguridad de su salvación. En Romanos 5:10 Pablo demuestra que fue una obra mayor la de Dios el traer a los pecadores a la gracia que traerlos a la gloria. Como Dios nos trajo a sí mismo cuando éramos enemigos, seremos reconciliados continuamente ahora que somos Sus amigos. Cuando Dios primero nos reconcilió, éramos miserables, viles y pecadores impíos. Como eso no fue una barrera entonces para reconciliarnos con Él, no hay nada que pueda impedir que el Cristo vivo nos mantenga reconciliados.

Esta verdad tiene grandes consecuencias para nuestra seguridad. Si Dios ya ha asegurado nuestra libertad del pecado, muerte y juicio futuro, ¿cómo podría nuestra vida espiritual presente estar en juego? ¿Cómo podría un cristiano cuya salvación pasada y futura están garantizadas por Dios, estar inseguro en el tiempo intermedio? Si el pecado en su mayor grado no pudo impedir que fuéramos reconciliados ¿cómo podría el pecado en un menor grado impedir que sigamos reconciliados? Nuestra salvación no puede estar más segura que eso.

Por John MacArthur

Este artículo está bajo una licencia de Creative Commons.

Eclesiastés 3:1 (RVR 1960)

Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.

Palabras Claves: John MacArthur ReflexionesCerteza de salvación

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