Varias iglesias y centros culturales cristianos han resultado demolidos por las autoridades chinas con el fin de que los cristianos no puedan reunirse a adorar. Por esta razón han convertido los lugares de culto en centros que promuevan los valores socialistas del presidente Xi Jinping.
La iniciativa de demoler ha estado encabezada por el El Partido Comunista Chino quien además alienta a las personas de fe a abandonar las religiones y seguir los ideales del partido.
“Se colocaron carteles de propaganda del partido por todas partes en el lugar y se llevaron mesas de tenis de mesa”, dijo un miembro de la iglesia a Bitter Winter, y agregó que la congregación de la iglesia ahora se ve obligada a reunirse en casas de creyentes.
En China las autoridades han ordenado que los lugares que funcionan como iglesia deben ser cerrados o vendidos.
Una Iglesia Chenzhuang, se vendió por solo 20.000 RMB (unos 3.000 dólares).“El gobierno está erradicando iglesias”, dijo el director de la iglesia.
En el condado de Shuyang de la ciudad de Suqian, una iglesia cerrada se convirtió en un salón conmemorativo para los héroes revolucionarios de China.
Los trabajadores contratados por el gobierno quitaron una cruz del edificio y la reemplazaron con un gran pilar con un letrero que dice “Dios ama al mundo”. Sobre la entrada de la iglesia se colocó un letrero que decía “Auditorio político y militar del distrito de Huaihai”.
Xi, al parecer le preocupa de que el culto independiente amenace al dominio del Partido Comunista en la vida cotidiana china, por esta razón, ha buscado que el cristianismo se someta de manera más firme al control del partido.
Este año, el gobierno prohibió la venta en línea de la Biblia, quemó cruces, demolió iglesias y obligó a que se clausuraran por lo menos media decena de lugares de culto.
Pese a la persecución, los miembros han seguido organizando servicios dominicales, a veces en las riberas de un río o dentro de un alto edificio en el centro de la ciudad.