Miles de norcoreanos, algunos cristianos y otras minorías religiosas, han tomado el riesgo de huir a China. Durante un tiempo, China ha mirado para otro lado para muchos con el grupo ocasional de ser repatriados a Corea del Norte. Sin embargo, parece que China va a ser más duro para los refugiados que llegan al país, como incentivos financieros se han puesto en marcha para el público. Si los ciudadanos chinos proporcionan información y, o presentan un refugiado norcoreano para la repatriación van a recibir una compensación monetaria.
Para aquellos que protegen a los refugiados o lo ayudan, seran multados con 3,000 Yuan, esto se llevará a cabo sobre ellos. Los que son repatriados a Corea del Norte son interrogados inmediatamente sobre su tiempo en China y enviados a los campos de prisioneros políticos si no son ejecutados en el acto.
17/08/2016 China y Corea del Norte (Asia News) - Después de un periodo de relativa tolerancia, el gobierno chino ha reforzado la "caza" de norcoreanos que huyen de la dictadura en Pyongyang. Las autoridades de la frontera cerca del río Tumen - la frontera que divide a China y Corea del Norte - han emitido una "lista de recompensas" relacionado con los refugiados: cualquier persona que informa sobre los refugiados consigue 1.000 yuanes (unos 120 euros); cualquier persona que capta personalmente un refugiado es recompensado con el doble de esa cantidad. Los que ayudan a un refugiado y se descubrió tendrá que pagar una multa de 3 mil yuanes. Los guardias de la frontera también han recibido la orden de disparar a los fugitivos a la vista.
Los norcoreanos que eligen a huir entran en un riesgo muy alto. Forzado a pasar primero a través de China, desde la frontera con el Sur es altamente militarizada, en caso de arresto estarán sujetos a la repatriación forzada: Beijing ha firmado un acuerdo con Pyongyang que define a estos refugiados "migrantes económicos" y no les concede ninguna atenuante política. Así que si son capturados, que serán enviados a casa, donde corren el riesgo de la pena de muerte o de una década de trabajos forzados por "traición".
Con el paso del tiempo y con el deterioro de la situación interna, el dictador de Corea del Norte, Kim Jong-un, ha endurecido las penas reservadas a los refugiados aún más: en 2012, el primer año de su "reinado" tras la muerte de su padre Kim Jong -il, sólo 1,502 norcoreanos huyeron al Sur contra un promedio de 3 mil inscritos cada año hasta entonces. En 2013 los fugitivos fueron en total 1,514. Sin embargo, estos datos son parciales, ya que es imposible determinar cuántos norcoreanos eligen permanecer sin documentos, en China.