COLOMBIA.- Una iglesia para adoradores del diablo fue instalada en Colombia, pero ha enfrentado un gran rechazo de los habitantes locales. Víctor Damián Rozo fue el hombre que ideó el lugar. Él afirma que es “luciferiano” desde niño, influenciado por sus padres. Él hace sus oraciones para una imagen dorada de ojos rojos y agradece por favores concedidos.
“Yo era muy joven cuando me cansé de hablar con un Dios que no me escuchaba, empecé a pedir a Lucifer un cambio en mi vida, lo hizo y sentí una increíble paz interior y espiritual, la cual vivo hasta hoy, no me arrepiento”, resalta Víctor al sitio El Mundo.
El templo está vacío, el ‘hijo del diablo’, como algunos vecinos llaman al policía de 42 años, casado y padre de tres hijos, no abre el lugar para todos, el acceso es restringido. Hay un fuerte rechazo social y protestas en su puerta desde la primera ceremonia. Se le aconsejó intensificar las medidas de seguridad y mantener el espacio cerrado la mayor parte del tiempo.
Víctor afirma no temer al rechazo y subraya: “Lucifer es mi mejor aliado”. Entre suaves colinas verdes, haciendas recreativas y plantaciones de café, el hombre construyó su extravagante santuario que costó 230 mil dólares, contribuidos por decenas de discípulos anónimos de Lucifer, de varias partes del mundo.
Siguiendo los pasos del padre
Hijo de un espíritista y de una cartomante, ambos bien conocidos en su época en la región, Víctor Damián fue el único de los seis hermanos que heredó los dones de sus padres y decidió seguir los pasos de sus padres. “Mi padre, ahora fallecido, maldecía, hacía magia negra y también era sanador, algunos vinieron a él para ser sanados de lepra, de paperas y otras enfermedades, otros porque querían destruir a las personas”, dijo.
“Tengo recuerdos muy vagas, por ejemplo cuando tomé una foto de alguien y la puse en la boca de una rana y la gente dijo: ‘Mira, fulano murió’. “Mi madre sólo preveía el futuro de las personas, leía el tarot”, explicó. Entre los acontecimientos que motivaron a Víctor Damián a seguir el camino de Lucifer, estaba la actitud de su padre.
Una de las críticas frecuentes que recibe es que él inventó una secta para enriquecerse a costa de los ingenuos. “Es la acusación del 80% de los colombianos”, admite Víctor. “Ellos me pidieron dejar la aldea, yo no soy bienvenido en la región. La gente juega medallas religiosas dentro de mi carro, ellos quieren que yo salga”, contó.
Víctor insiste en que Lucifer fue el guía que lo condujo por un camino repleto de beneficios. “Yo he mejorado como persona espiritual, emocional y económica, por profesión me dedico al espiritualismo, pero no hago lo que mi padre hizo con magia negra. Yo leo el cuadro de la ouija, si usted desea consultar a un pariente fallecido, hacemos una sesión. Yo voy bien en eso, mi padre Lucifer extendió mi conocimiento, mi fe en Lucifer es radical”, finalizó.
