2 Cor 7:16 Me gozo de que en todo tengo confianza en vosotros.
Cuando tenía 14 años de edad, mi familia se mudó de la granja en Minnesota donde yo nací. Pero yo nunca me ajusté a nuestra nueva casa en Arizona. Cuando tenía sólo 15 años mis padres me dejaron viajar en autobús a Minnesota para trabajar en la granja por el verano. El siguiente verano manejé un carro viejo a Minnesota yo solo. La familia con la que me quedé me preguntó si quería vivir con ellos para terminar mi preparatoria en Minnesota. Para mi gran alegría mis padres dijeron que estaba bien.
¿Qué impacto tuvo en mí la confianza de mis padres? Nunca quise hacer nada que les hiciera perder la confianza. Su confianza en mí fue una gran fuerza impulsora en mi vida y el mayor regalo que me dieron. Junto con el Espíritu Santo en mí, esa confianza ha sido el mayor impedimento para la inmoralidad. Aún años más tarde cuando estuve en el ejército a miles de kilómetros de casa, no quería perder su confianza.
Cuando efectivamente comunicas tu amor, confianza y respeto a tus hijos, ellos aprenden a valorar esas cualidades tanto que nunca harán nada intencionalmente para perderlos. Cuando son presentados a Cristo, también valorarán Su amor, confianza y respeto. “Pero mi hijo no es digno de confianza” podrás decir. Tú tampoco eres totalmente confiable. Sin embargo, Dios te ha confiado el evangelio. Eso te da algo por qué vivir. ¿Qué puedes ganar al comunicar tu confianza en tu hijo?
Pablo le escribió a la iglesia de Corinto: “Me gozo de que en todo tengo confianza en vosotros” (2 Cor 7:16) Pero Corinto era un lugar que estaba de cabeza, ¿Es entonces la declaración de Pablo un rollo psicológico? No, no lo creo. La confianza de Pablo estaba en el Señor y él sabía que la obra que Dios había comenzado en los creyentes de Corinto sería completada. Bajo la inspiración de Dios, él también sabía que expresar su creencia y confianza en ellos iba a ser fundamental para edificarlos.
Por Neil Anderson
ORACIÓN
Gracias Señor, por el amor y la confianza que Tú has expresado hacia mí, eso me libera para amarte y obedecerte. Ayúdame a alentar a mis hijos al comunicarles mi amor, confianza y respeto hacia ellos, en Cristo Jesús, amén.