Heb 11:6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
La vida de Wilma Rudolph, la gran velocista olímpica, es una extraordinaria historia de fe. Wilma nació con problemas de salud que la dejaron paralítica. “¿Podré algún día correr y jugar como los demás niños?” Wilma les preguntó a sus padres.
“Cariño, tienes que creer en Dios y nunca perder la esperanza” ellos respondieron. “Si tú crees, Dios puede hacer que suceda” Escuchando el consejo de sus padres, ella luchó dolorosamente para caminar, cuando llegó a la edad de 12 años, para el deleite y sorpresa de muchos, Wilma ya no necesitó sus bastones. Comenzó a jugar basquetbol, llegó a jugar en campeonatos de la preparatoria y ganó tres medallas de oro en 1960 en las olimpiadas.
Cuando escuchas historias inspiradoras de fe como la de Wilma Rudolph, te puedes preguntar ¿qué podría yo lograr si creyera a Dios en su Palabra? La fe es el principio fundamental en la vida cristiana. Creyendo quién es Dios, lo que Él dice, lo que Él ha hecho y lo que Él hará define el Reino de Dios.
Además, la fe es la esencia de la actividad diaria de los cristianos. Pablo escribió: “Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él” (Col 2:6) ¿Cómo recibiste a Cristo? Por fe. ¿Cómo debes caminar en Él? Por fe. En la Escritura, caminar se refiere a la forma en que te conduces en tu vida diaria. El vivir una vida victoriosa cristiana y la madurez espiritual se determinan por tu creencia en Dios.
Tendemos a pensar de la fe como una cualidad mística que pertenece sólo al mundo espiritual. Pero todos caminan por fe. Es el principio de funcionamiento más básico de la vida. La pregunta es ¿en qué o en quién crees? Somos desafiados a creer en Dios y tomar Su Palabra seriamente.
Por Neil Anderson
ORACIÓN
Gracias Señor porque Tu Palabra es firme, puedo confiar en Ti y en Tu Palabra a pesar de mis sentimientos cambiantes y circunstancias, en el nombre de Jesús, amén.