WASHINGTON, EEUU.- Cuatro países asiáticos aprobaron leyes que prohíben la conversión de sus ciudadanos, que ya no pueden abandonar la religión en que nacieron sin autorización del gobierno. Otras dos naciones estudian hacer lo mismo.
La legislación válida ahora va más allá de las que prohíben la blasfemia y la apostasía, comunes en la región y que pretende, principalmente, impedir el trabajo de los misioneros cristianos.
La Alianza en Defensa de la Libertad (ADF) presentó en Washington un informe sobre los ataques a la libertad religiosa.
Llamadas “leyes anticonversión”, las prohibiciones usan términos vagos como “inducción”, “fuerza” o “medios fraudulentos”. Dependiendo del país, puede ser cualquier acción como trabajo social, oración por los enfermos y, obviamente, evangelismo.
“Ninguna persona o grupo debería vivir con miedo de ser arrestado, torturado o muerto a causa de sus creencias religiosas. La multiplicación de leyes anticonversión en el mundo comprueban la crisis de la libertad religiosa”, dijo el indio Balakrishnan Baskaran, consultor jurídico de la ADF.
El informe indica que la justificación para la ley es que existe la necesidad de “proteger la identidad cultural de las comunidades del país”.
En algunos casos, el nombre dado es engañoso. El estado indio de Uttarakhand fue el octavo estado en aprobar la legislación, oficialmente llamada “Ley de la Libertad Religiosa”. El castigo para quien promueve conversiones religiosas es de multa y prisión por hasta dos años.
Nepal, Myanmar, Bután, además de algunos estados de la India ya aprobaron esas leyes, mientras que Sri Lanka y partes de Pakistán deben aprobar leyes similares en breve. La premisa básica de los legisladores es que la religión mayoritaria está “bajo amenaza”. El resultado generalmente es una reacción violenta de grupos islámicos, budistas o hindúes.
La mayoría de la población de Nepal es hindú, mientras que los budistas son mayoría en Bután, Myanmar y Sri Lanka. Muchos países de mayoría musulmana tienen leyes que prohíben la “apostasía” y la “blasfemia”, que también impiden las conversiones.
El Pew Research Center relata que actualmente 42 países restringen el cambio de una religión a otra.
[ Fuente: Christian Post]