Isaías 40:29 El Señor da fuerzas al cansado, y aumenta el vigor del que desfallece.
Ante las dificultades es muy común preguntarnos por los motivos del sufrimiento. Constantemente escuchamos la pregunta, “¿Qué hice para merecer esto?” La mayoría de las personas, incluso las religiosas, creen que no son merecedoras de sus sufrimientos. En realidad, sería mucho más saludable preguntar acerca del propósito por el cual Dios está permitiendo dicho sufrimiento.
Dios siempre tiene cosas maravillosas para enseñarnos. No juzgues a Dios por injusto porque Él permite que tengas cierto sufrimiento. Al contrario, ¡Confía en Él! Busca descubrir lo que Él quiere decirte. Esto acortará tu sufrimiento. Eso podrá convertir las causas del sufrimiento en un bendecido camino por el cual el Señor Dios quiere conducirte.
ORACIÓN: Querido Dios, ayúdame a comprender tus planes para que yo pueda andar a tu lado siempre, incluso cuando el sufrimiento venga sobre mí. En el nombre de Jesús. Amén.