Salmo 90:12 Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría.
Hay veces en que me siento viejo. Hace dos días, mientras caminaba con mi sobrino, mencioné el nombre de uno de los pioneros de la música rock and roll, allá por los años 50. La expresión en la cara de mi sobrino me dijo que nunca había escuchado hablar de Buddy Holly.
Me sentí viejo.
La verdad es que todos tenemos los días contados, sólo que no sabemos cuántos serán.
La pregunta es: “¿Qué haremos durante esos días?”
El texto elegido para hoy nos dice que sería sabio usar nuestros días para que nuestro corazón adquiera sabiduría.
En verdad, con la edad debería llegar la sabiduría. El paso de los años debería enseñarnos a no cruzar la calle en luz roja, a no comer frituras en exceso, y a cepillarnos los dientes después de cada comida. El paso de los años también debería enseñarnos que no vamos a vivir para siempre.
El fin llegará, al igual que el nuestro propio, por lo que debemos estar preparados. Necesitamos reconocer que, cuando se terminen nuestros días aquí, continuarán en el cielo o en el infierno.
Y aquí es donde un corazón sabio, motivado por el Espíritu Santo, reconoce que nuestros pecados son muchos y nuestra habilidad de eliminarlos es cero. Si vamos a ser perdonados y salvados, necesitamos a Jesús.
En Jesús, el hijo de Dios, somos perdonamos y recibimos libertad, esperanza y el cielo. Necesitamos a Jesús… sin importar nuestra edad.
ORACIÓN: Señor Jesús, la hora de mi partida de este mundo está más cerca hoy de lo que estuvo ayer. Ayúdame a conocer y seguir al Salvador. Concédeme esta sabiduría para que mis días estén llenos de alabanza a ti y a él. En el nombre de Jesús. Amén.
