2 Ped 1:10-11 Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
La búsqueda de la virtud resulta en seguridad ahora y recompensa eterna más adelante.
La seguridad es una gran bendición, como Pedro nos dice en el v10 del pasaje de hoy. Sin embargo, no es lo único que disfrutarás si estás persiguiendo virtudes piadosas. Hace años un adolescente judío llamado Marvin aprendió de la bendición adicional de recompensa de una dama que lo guio a Cristo. Antes de irse de casa para unirse a la Marina, como una creyente que lucha y en ocasiones perseguida, le dijo a él: “Marvin, tú eres un verdadero cristiano… un día cuando tu vida en esta tierra termine, irás al cielo por lo que el Mesías ha hecho por ti. Pero si cuando llegues al cielo, hay un gran desfile y enfrente una gran banda, si no cambias tu forma de vivir, estarás tan atrás en la fila, que ni siquiera escucharás la música” Marvin entendió el mensaje y eventualmente se convirtió en un maestro cristiano dedicado y evangelista.
Tú y yo también debemos vivir nuestras vidas a la luz de la eternidad, haciendo tesoros en el cielo, persiguiendo virtudes, simbolizadas por oro, plata y piedras preciosas, sin poner atención a aquellas cosas representadas por madera, heno y paja (1 Cor 3:10-15) Aquellos de nosotros que perseguimos seriamente las virtudes de 2 Pedro 1, recibiremos una recompensa sobreabundante. Y ese no es un burdo motivo para las buenas obras, porque todos los creyentes un día pondrán sus coronas ante el trono de Dios como un acto de homenaje (ver 2 Tim 4:7-8, Apoc 4:10) Examínate para ver si tienes una virtud moral en tu vida, si ves algo y está creciendo, aunque no perfectamente, tu puedes estar seguro de tu llamado y elección. Y puedes estar confiado de que tu recompensa será abundante.
Por John MacArthur