Apocalipsis 3:1-6 y 2:8-11 El Señor confronta a la iglesia de Sardis por decir que tienen vida cuando en realidad están muertos. También a la iglesia de Esmirna le dice que no son pobres sino ricos.
Dios tiene esta idea increíble de que la iglesia se trata de Él
Si Dios decidiera no ir a la iglesia el próximo domingo, ¿alguien lo notaría?
¿Podría pasar desapercibido? ¿Entraría la iglesia en un tiempo de búsqueda y oración para averiguar qué está pasando? O ¿Podrías pasar como si nada sucediera?
Muchas iglesias continúan su rutina semana tras semana sin darse cuenta absolutamente de que el Señor de la casa ni siquiera está ahí. Es como ir a una fiesta y pasarla súper bien pero nunca haber visto o hablado con el anfitrión.
Este era el problema de la iglesia de Sardis. Cristo, el Señor de la casa, no tuvo palabras de aliento para Sardis porque no encontró nada alentador ahí. Él les dijo, “conozco sus obras, que tienen un nombre y dicen estar vivos, pero están muertos” Comprendemos ahora que la iglesia de Sardis estaba muy ocupada. Probablemente tenían una gama enorme de ministerios y servicios en la comunidad. Sin lugar a dudas su alabanza era propia y correcta y quizá aún avivada y entretenida. Tenían buena reputación y podría aun haber tenido dinero y prestigio en la ciudad.
La iglesia en Sardis tenía forma de santidad, la apariencia de vida. Ellos pensaban que estaban vivos y bien, el resto de la ciudad pensaba que ellos estaban vivos y bien. Su único problema era que el Espíritu Santo se había ido y nunca se dieron cuenta cuando se fue. ¡Estaban muertos y ni siquiera lo sabían!
En contraste está la iglesia de Esmirna, la que no recibe condenación del Señor, sino aliento. De esta congregación Jesús dijo simplemente. “conozco sus obras, tribulaciones y pobreza (pero son ricos)…” Lo que sea que los cristianos de Esmirna escaseaban en riqueza material, habían acumulado en riqueza espiritual. Ellos podrían haber estado pobres en las cosas con valor para el mundo pero eran ricos donde contaba – ¡tenían al Rey!
¿A cuál se parece tu iglesia? ¿Sardis o Esmirna?, ¿o está en algún lugar intermedio? Aún más importante ¿dónde te ubicas tú? Dios tiene esa idea increíble de que la iglesia se trata de Él. Aún así muchas veces tratamos de hacer que se trate de nosotros. Tratamos de convertir la iglesia en nuestro propio club privado de “bendíceme”. Nuestro enfoque se centra en cuántos escalofríos, alegrías y cosquillas sentimos y lo bien entretenidos que estamos. Raramente se nos ocurre pensar en preguntar qué es lo que nuestro Rey quiere.
No importa qué tan grande es tu iglesia o qué tan rica. No importa cuántos programas y ministerios tengan. No importa que padrísima esté la alabanza o lo elocuente que sea el pastor. ¡Sin el Rey no tienen nada!
No te conformes con una alabanza artificial y formalismo muerto ya sea para ti o para tu iglesia. Tienes opciones: Sardis o Esmirna ¿Cuál eres? ¿Cuál quieres ser?
Por Tommy Tenney
ORACION
Señor, perdóname por mis actitudes artificiales. Perdóname por esas veces cuando se me olvida de que la iglesia se trata de Ti y no de mí. Renueva mi espíritu con tu vida abundante. Renueva mi iglesia. Que todos podamos reflejar el espíritu de Esmirna.