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Devocional: Dejando que la niebla se vaya

Por: Mendoza Daniel
Devocional: Dejando que la niebla se vaya
Fecha: Sábado, 02 de diciembre del 2017 ID: 201700001365

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Mat 6:25  Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?

La Palabra de Dios nos manda no preocuparnos.

Una vez leí una historia que me recordó que la preocupación es como la niebla. De acuerdo al artículo, la niebla densa que cubre siete cuadras de la ciudad, un centenar de metros de profundidad, está compuesta por menos de un vaso de agua dividida en 60 billones de gotas.

En cierta forma, unos cuantos litros de agua pueden paralizar una gran ciudad. Del mismo modo, el objeto de la preocupación de una persona suele ser bastante pequeño en comparación con la forma en que puede paralizar su pensamiento o dañar su vida. Alguien una vez dijo: “la preocupación es un pequeño arroyo de miedo que escurre a través de la mente, el cual, si se alienta, cortará un canal tan ancho que todos los demás pensamientos se irán por ahí”

Todos nosotros tenemos que admitir que la preocupación es parte de la vida. La Biblia nos manda, sin embargo, no preocuparnos. Romper ese mandato es pecado. La preocupación es el equivalente a decir: “Dios, sé que tu intención es buena con lo que dices, pero no estoy seguro de que puedas lograrlo” La preocupación es el pecado de desconfiar en las promesas y providencia de Dios, sin embargo lo hacemos todo el tiempo.

No nos preocupamos por algo, tanto como nos preocupamos por las cosas básicas de la vida. En ese sentido somos similares a la gente a quien se dirigió Jesús en Mateo 6:25-34. Ellos estaban preocupados por tener comida suficiente y ropa. Supongo que si trataran de legitimar su preocupación dirían: “después de todo, no estamos preocupados por cosas extravagantes. Sólo nos preocupamos por nuestra próxima comida, un vaso de agua y algo qué vestir” pero no hay ninguna razón para que un creyente se preocupe por las cosas básicas de la vida ya que Jesús dice que Él le proveerá. Tampoco debes acumular posesiones materiales como protección contra el futuro (v 19-24) ni estar ansioso por tus necesidades básicas (v25-34) En lugar de dejar que la niebla de la preocupación se desarrolle, es tiempo de dejarla ir.

Por John MacArthur

Este artículo está bajo una licencia de Creative Commons.

Eclesiastés 12:1 (RVR 1960)

Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento.

Palabras Claves: John MacArthur Reflexiones

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