Juan 8:44b-45 ...Desde el principio éste ha sido un asesino, y no se mantiene en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando miente, expresa su propia naturaleza, porque es un mentiroso. ¡Es el padre de la mentira! Y sin embargo a mí, que les digo la verdad, no me creen.
Una agencia inmobiliaria en el estado de California está regalando una casa. Si bien no es una casa muy grande, y es un poco antigua, sigue siendo una casa ubicada en una zona cara.
Parece ser demasiado bueno para ser verdad, ¿no es cierto? Y en realidad lo es. Porque, si bien es cierto que la casa es gratis, también es cierto que la misma debe ser trasladada a otro terreno. Y el costo de un traslado de ese tipo es de alrededor de $10,000 dólares.
Por lo tanto, la casa es gratis… pero no totalmente gratis.
Vale aclarar que la agencia inmobiliaria ha sido honesta, ya que ha aclarado los términos de la transacción.
Pero con el diablo no es así. El “padre de las mentiras” con frecuencia nos dice cosas que parecen ser demasiado buenas para ser verdad, y en realidad lo son.
Por ejemplo, él les dijo a Adán y Eva que sus ojos serían abiertos si ellos comían del árbol prohibido… pero omitió mencionar la trampa que le ha costado un precio altísimo a la humanidad.
Nuestros primeros antepasados aprendieron una lección que nosotros hemos repetido una y otra vez. Usted probablemente recordará alguna vez en que el diablo le hizo una oferta que parecía fantástica pero que, después de haber caído víctima de su tentación, descubrió que había sido engañado.
Todo esto nos conduce a afirmar lo siguiente: si le va a creer a alguien, que sea al Señor. Su Palabra siempre ha sido siempre confiable, sus promesas siempre han sido fidedignas, y su amor siempre ha sido incuestionable.
Si tiene alguna duda de ello, fíjese en el pesebre de Belén, en la cruz del calvario, y en la tumba vacía. Ahí encontrará la verdad, la pura verdad, y que Jesús es la verdad.
ORACIÓN: Señor Dios, perdónanos por creer las mentiras y los engaños de Satanás. Vuelve nuestros corazones para que confiemos en ti como única guía, dirección y salvación. En el nombre de nuestro Salvador. Amén.