Génesis 1:28 Y los bendijo con estas palabras: “Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los reptiles que se arrastran por el suelo”.
En Tailandia se confiscó un embarque ilegal de casi una tonelada y media de marfil, con un valor equivalente a unos 2.2 millones de dólares. No imagino cuántos elefantes habrán muerto para conseguir tanto marfil.
¿Por qué tanto alboroto por unos cuantos colmillos? Porque esto demuestra la facilidad con que el hombre puede ignorar los mandamientos de Dios.
Hace mucho tiempo, el Señor dio algunas instrucciones a nuestros primeros padres: “Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los reptiles que se arrastran por el suelo”.
La intención de Dios era que cuidáramos de lo que nos ha dado... no que extermináramos a los mamíferos más grandes del planeta con el propósito de fabricar chucherías para los turistas en Tailandia.
Lo que prueba que el mundo sigue ignorando los mandamientos de Dios.
También significa que este mundo necesita, y mucho, a un Salvador. Un Salvador que cargue con los pecados de la humanidad; un Salvador que nos perdone y nos transforme; un Salvador que corrija a quienes cazan paquidermos y exterminan elefantes para ganar unos cuantos dólares.
Es muy probable que ninguno de los lectores de estas devociones esté en posición de salvar a los elefantes de los cazadores furtivos. Pero eso no significa que estemos completamente libres de responsabilidad.
Aún tenemos trabajo por hacer.
Como hijos redimidos de Dios, podemos dar el ejemplo y recordar las palabras que Dios dio a Adán y Eva: podemos someter, dominar, y llenar la tierra. Es un balance que glorifica al Señor, quien es el dador de todo... incluyendo los elefantes.
ORACIÓN: Señor, ayúdame a vivir como un hermano redimido del Salvador, y un fiel cuidador del mundo que tú me has dado. En el nombre de Jesús. Amén.