Efesios 4:32 En vez de eso, sean bondadosos y misericordiosos, y perdónense unos a otros, así como también Dios los perdonó a ustedes en Cristo.
¿Crees que es fácil perdonar? Para la mayoría de las personas no lo es. El resentimiento duele mucho. Tanto, que muchas veces se transforma en odio y rencor. Sin embargo, ¿qué gana uno al no perdonar? ¿Acaso eso afecta a la otra persona? Por lo general no. Al contrario, quien no consigue perdonar termina perjudicándose más que la persona a quien no perdonamos.
Además de no ser bueno para nosotros, a Dios no le gusta que no perdonemos. Él afirma: “En vez de eso, sean bondadosos y misericordiosos, y perdónense unos a otros, así como también Dios los perdonó a ustedes en Cristo” (Efesios 4:32). Cristo, entonces, es la llave para que perdonemos a nuestro prójimo. Es en él en quien encontramos fuerzas para perdonar. Perdonar no es solamente un sentimiento, sino más bien una actitud. Adopta esa actitud y sentirás tu corazón mucho más liviano.
ORACIÓN: Querido Jesús, gracias por perdonarme y por llenarme el corazón con tu mensaje de perdón. Ayúdame a extender ese perdón a las personas que de alguna manera me ofendieron. En tu nombre. Amén