Deuteronomio 30:15-20 Dios pone ante los israelitas la decisión de vida o muerte: amar y obedecerlo y vivir o rechazarlo y morir.
Palabras susurradas desde la almohada real de intimidad pueden literalmente cambiar el futuro
Tu destino no está escrito
En Cristo, tu destino eterno es seguro y está asegurado, pero el curso de tu vida en la tierra no está predeterminado. Las decisiones que haces a diario influencian tu futuro. Algunas personas insisten que no hay tal cosa como el libre albedrío, que no tenemos control real sobre nuestras vidas.
La palabra de Dios dice de otra manera. La Biblia está llena de personas que toman decisiones y reciben las consecuencias de esas decisiones para bien o para mal. El joven rico buscando vida eterna, escogió su riqueza y se fue lamentándose. El ladrón en la cruz escogió creer en Jesús y Su reino venidero y recibió la promesa del Paraíso. Las decisiones que cada uno de estos individuos hicieron afectaron su destino.
Lo mismo pasa contigo y conmigo. Le damos forma a nuestro destino por las decisiones que tomamos cada día. Al mismo tiempo una vida de malas decisiones puede ser redimida por una voz susurrada en la intimidad, en el lugar secreto de comunión con el Padre. Tu destino no está arreglado. Tu pasado no predetermina tu futuro. A través de la adoración, oración y una relación íntima con el Señor, puedes cambiar tu destino y el destino de tu familia, ciudad, nación y aún el mundo.
Dios ha dicho: “Ven ahora y pensemos juntos… si tus pecados fueran como la escarlata serán emblanquecidos como la nieve, si fueran rojos como el carmesí, serán como la blanca lana” Jesús prometió: “Si dos de ustedes se ponen de acuerdo en la tierra en cualquier asunto que pidan, les será hecho por Mi Padre en el cielo”. Antes de que los israelitas entraran en la tierra prometida, Dios les puso la decisión de vida a través del amor y obediencia o de la muerte a través de la desobediencia. (Deuteronomio 30:19-20)
Tienes una opción. Puedes cambiar tu destino. En Cristo tú eres ya un hijo del Rey. Tu eternidad con Él está asegurada. Tu futuro en la tierra todavía no se escribe. Háblale al Rey desde la intimidad. Deja que Él arregle tu futuro. ¡El futuro es tuyo!
Por Tommy Tenney
ORACION
Padre, gracias porque a través de tu gracia mi pasado no predetermina mi futuro. Arregla mi futuro, ayúdame a caminar contigo de tal manera que mi vida en la tierra se alinee con mi destino como hijo Tuyo, en el nombre de Jesús, amén.