Lucas 23:39-43 uno de los ladrones crucificados con Jesús le pide al Señor que lo recuerde cuando regrese en Su reino, Jesús le contestó que estarían juntos en el Paraíso.
La intimidad con Cristo es más poderosa que las peticiones presentadas legalmente.
El amor triunfa sobre el legalismo
Debido a nuestro pecado no tenemos derecho legal de estar ante Dios, no tenemos ningún derecho legal para pedirle Sus bendiciones o Su favor. La única base en que nos podemos parar ante Dios, es Su gracia. La única esperanza que tenemos de ser aceptados por Dios es basados en la obra terminada de Jesús en la cruz. Reclamaciones legales nunca nos llevarán ante el trono del Rey. La intimidad con Cristo basada en una relación de fe con Él, sí.
El ladrón de la cruz comprendió esto de manera intuitiva. Ninguna petición en el mundo podría haberlo bajado de esa cruz. No solamente estaba sufriendo el juicio de Roma por sus crímenes, también estaba por enfrentar el juicio de Dios por sus pecados.
En esa situación desesperada, hizo lo único que pudo hacer. Pidió misericordia a la única persona que podía dársela: el Hombre colgado en la cruz junto a él. ¿Puedes imaginarte la fe de este ladrón pidiéndole a un hombre moribundo que lo recordara cuando viniera en su reino? En un acto genuino de fe de último minuto, el ladrón apeló a su gracia y misericordia… y las recibió. Su fe eliminó todas las consideraciones jurídicas y ganó intimidad instantánea con el Señor y acceso al reino de los cielos.
Aun en las últimas horas de su vida, este ladrón reconoció a Jesús por quien Él era e hizo su petición arrepentido. Humildad y arrepentimiento, fe y amor son protocolos que ganan el oído inmediato del Rey. Su apelación le permitió lo que ninguna petición legal podría haber logrado. El encontró perdón y la promesa de comunión eterna en la presencia del Señor.
Como el ladrón en la cruz, nuestro acceso al Padre no está basado en ningún reclamo legal sino en la intimidad que tenemos con Cristo a través de la fe. La intimidad nos acerca al corazón de Dios más que cualquier reclamo de “derechos como hijos de Dios” No te conformes con tener tus derechos. Acércate a Dios en amor y Él se acercará a ti. Como el ladrón en la cruz, descubrirás que tú también puedes estar con Él hoy en el Paraíso de su presencia.
Por Tommy Tenney
ORACION
Padre, no tengo ningún reclamo legal sobre tu amor o favor. Todo lo que tengo es Tu gracia, misericordia y amor y es todo lo que necesito. Gracias por amarme y aceptarme a través de Cristo mi Señor, Acércate a mi mientras yo busco acercarme a ti. ¡Déjame caminar hoy en el Paraíso de tu presencia!