Romanos 6:17-18 Pero gracias a Dios que, aunque antes eran esclavos del pecado, ya se han sometido de corazón a la enseñanza que les fue transmitida. En efecto, habiendo sido liberados del pecado, ahora son ustedes esclavos de la justicia.
Hace 12 años, cuando tenía 78 años de edad, el Dr. Swanson decidió que no se iba a jubilar. En vez de eso, le dijo a su esposa: “Siempre disfruté de poder ayudar a las personas; no tengo ningún hobby… quizás pueda servir en el extranjero”.
Su esposa Berniece le dijo: “No necesitas ir a otro lado para hacer trabajo misional”. El buen doctor siguió el consejo de su buena esposa, y desde entonces ha estado viendo alrededor de 150 pacientes cada semana… sin cobrarles nada por la consulta.
Su compromiso es tal, que a menudo les dice a sus pacientes: “Sólo si ven que me caigo muerto en el pasillo no estaré aquí mañana para atenderlos”.
Este médico ha entendido bien lo que Pablo dice en el texto para hoy: quien antes era esclavo del pecado, se ha vuelto esclavo de la justicia.
Cuando servía como pastor, conocí muchas personas como el Dr. Swanson. Eran las que iban a la iglesia cada semana y hacían las cosas que nadie más hacía: las que armaban los boletines para los servicios de adoración, las que cortaban el césped, pintaban los salones, arreglaban las canillas que perdían, enseñaban a los niños, armaban el árbol de Navidad, etc.
La lista es casi interminable, porque cada una de ellas tenía su forma especial de demostrar su agradecimiento al Señor Jesús por lo que él había hecho en su vida.
Y de eso estamos hablando… de darle gracias a Jesús, que vino al mundo a dar su vida como un sacrificio vivo para obtener el perdón y la salvación de nuestras almas. Cuando sabemos todo lo que Jesús hizo por nosotros, no podemos menos que demostrar nuestra gratitud por la vida de Cristo, su sufrimiento, su cruel muerte en la cruz, y su gloriosa resurrección.
El ver lo que Jesús ha hecho por nosotros es parte de lo que transforma a los creyentes redimidos y rescatados de ser esclavos de la oscuridad en esclavos voluntarios de la justicia… esclavos que ofrecen su vida en agradecimiento al Señor de la vida.
ORACIÓN: Señor Jesús, tú cumpliste la ley, resististe la tentación, y venciste la muerte por nosotros. Para hacer todo eso, renunciaste a las glorias del cielo, y te volviste humano. Haz que todos los que creen en ti utilicen los dones que tú les has dado para expresar su gratitud y ser testigos de tu gracia. En tu nombre. Amén.