Lucas 14:25-33 Jesús dice claramente el costo del discipulado
Mientras más te introduces al palacio, hay menos gente.
¿Eres un líder o un seguidor? ¿Te gusta abrir camino? ¿O te sientes más cómodo en un camino que ya está bien definido? ¿Ves las dificultades como retos o como obstáculos? ¿Eres la clase de persona que presiona para conseguir lo que quiere? ¿Hasta dónde irías para conseguir tus sueños?
Un discípulo es aquel que su sueño es ser como Jesús.
No confundas el ser cristiano con ser un discípulo. Todo creyente es un cristiano, pero no todo creyente es un discípulo. Los discípulos son creyentes que se han comprometido a ir más profundo con el Señor, tan profundo como puedan. La mayoría de los creyentes están contentos solo con ser salvos. Están felices de tener su boleto al cielo. Las demandas de una vida más profunda en Cristo realmente no les atraen.
Y con buena razón… esas demandas son altas, en Lucas 14:25-33 Jesús muestra lo que se necesita para ser discípulo en términos tales como cargar una cruz y renunciar a todo.
Las cosas más profundas del Espíritu están reservadas para los que están dispuestos y determinados a presionar y reclamarlas (lanzarse precipitadamente a la fuente del corazón de Dios)
Pablo era ese tipo de persona. Era un pionero “…mi meta es predicar el evangelio, no donde Cristo sea conocido, para no edificar sobre lo ya edificado…” El estuvo dispuesto a pagar el precio para tocar el corazón de Cristo, “… cuento todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús mi Señor… cuento todo como pérdida para ganar a Cristo… para que lo pueda conocer y el poder de Su resurrección y la comunión con sus sufrimientos…” El entendió que esto requería determinación, “una cosa hago, olvidándome de las cosas que están atrás y tratando de alcanzar lo que está adelante, prosigo hacia la meta del premio del llamamiento de Dios en Cristo Jesús”
No tienes que ser un pionero para ser un discípulo. No tienes que ser un líder nato. Todo lo que necesitas es tener un gran amor por Cristo y un corazón que quiera ser como Él. A esto Jesús le llama hambre y sed de justicia… y Él promete satisfacerte.
Cuanto más te metes en el Palacio, encuentras menos gente. ¿Por qué? Porque muy poca gente está dispuesta a pagar el precio de moverse más profundo. Las demandas del aprendizaje de los protocolos son altas. ¿Y tú? ¿Estás dispuesto? Déjame retarte... “ve a donde pocos se atreven, al regazo del Rey” El costo es alto pero la recompensa lo vale. ¿Hasta dónde irás?
Por Tommy Tenney
ORACION
Señor, te amo y quiero ser como Tú. Quiero conectarme a Tu amor y conocer Tu corazón, Dame sabiduría para contar el costo y el valor para tomar mi cruz. Dejándolo todo, te seguiré.