Juan 9:25b Lo único que sé es que yo era ciego y ahora veo.
¡Imposible!!!
Eso es ¡imposible!!!, pensé, con tres signos de exclamación. Normalmente no los uso, pero no pude dejar de hacerlo al escuchar que la Federación Nacional de Ciegos y la Escuela Tecnológica de Virginia van a presentar un vehículo que permitiría a una persona ciega manejar un auto sin ningún tipo de ayuda ni asistencia.
Estas dos entidades han estado trabajando en ese proyecto durante años. Con el uso de varias computadoras, piensan que la posibilidad se hará realidad.
¿Por qué alguien querría hacer algo así? La respuesta es doble. Primero, para dar a quienes son ciegos una libertad de la que no disfrutan actualmente. Segundo, porque las personas como yo, cuando pensamos en las posibilidades de los ciegos, somos muy rápidos en juzgar.
Les deseo suerte en su empresa. Si lo logran, será un milagro de la tecnología.
Por otro lado, si usted quiere ver un milagro REAL, le invito a que le dé una mirada a Jesús. El verso para la devoción de hoy registra la reacción de un hombre ciego que encontró al Cristo. Jesús no le ofreció un valioso descubrimiento tecnológico para ayudarlo a andar por el camino, sino que lo curó completa y totalmente.
Esa es la forma en que obra el Salvador. Los sacerdotes no examinaron leprosos curados a medias, y los pecadores no son casi salvados. Cuando Jesús vive en nuestros corazones, estamos completamente limpios de nuestros pecados y somos completamente transformados.
Jesús no hace curaciones a medias ni salva un poco.
¡Imposible!!! ¿Es eso lo que usted ha dicho?
En respuesta, solamente citaré las palabras de Jesús: “Para los hombres es imposible… mas para Dios todo es posible”.
Y tal cual la tumba vacía lo demuestra: los milagros, las maravillas, la redención… no son tan sólo posibles o probables, sino que son muy reales.
ORACIÓN: Señor Dios, te doy gracias por hacer lo imposible y perdonar mis pecados y salvar mi alma. Ayúdame a reflejar tu bondad y misericordia en mi trato con quienes me rodean, para que ellos vean en mí tus milagros. En el nombre de Jesús. Amén.