1 Juan 2:10-11 El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo. Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.
Jesús es la luz verdadera, y caminar en la luz es caminar en el amor. La Palabra de Dios nos dice: “El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo. Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas”. De un lado están el amor y la luz, del otro el odio y la oscuridad. Son dos realidades bien distintas que separan a las personas no solamente en esta vida, sino en la eternidad.
Quien está en la oscuridad del pecado y alejado de Dios, no consigue encontrar el camino para la vida, pues no puede ver. Esa persona necesita ser sacada de esta condición. Dios hizo eso con nosotros, pues él nos “… llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro 2:9). Jesucristo es esa maravillosa luz que ilumina de manera gratuita nuestra vida. Vale la pena caminar con él en fidelidad y amor.
ORACIÓN: Grandioso Dios, gracias porque me rescataste, por medio de Jesucristo, a tu luz maravillosa. Permite que permanezca siempre en tu luz. Amén