Isaías 53:4 Con todo, él llevará sobre sí nuestros males y sufrirá nuestros dolores, mientras nosotros creeremos que Dios lo ha azotado, lo ha herido y humillado.
Un niño muy pequeño tuvo que ser internado de urgencia en un hospital. Debido a que su estado de salud empeoró, los doctores tuvieron que introducir una aguja en la vena de uno de sus débiles bracitos, algo que fue bastante doloroso. La enfermera tardó aproximadamente quince minutos, e hizo tres intentos, hasta encontrar el mejor punto donde introducir la aguja en la vena de la criatura.
Durante todo el proceso la madre del niño, quien lo sujetaba con amor, no podía dejar de llorar. Ella sabía que era absolutamente necesario que su hijo pasara por todo aquello.
Jesús también tuvo que soportar un dolor extraordinariamente grande, con miras a un grandioso objetivo: la salvación del mundo. Por eso, la próxima vez que la vida te sea difícil, recuerda la dolorosa cruz que cargó Jesús y pídele que te ayude. Él comprende tu dolor y quiere cargarte en sus amorosos brazos.
ORACIÓN: Señor Jesús, ayúdanos en todos nuestros sufrimientos para que no nos desesperemos. Amén.