Heb 4:15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que ha sido tentado en todo como nosotros, pero sin pecado.
He encontrado que muchos cristianos luchan con la distinción entre tentación y pecado. Bombardeados por pensamientos de tentación, llegan a la conclusión de que debe haber algo muy enfermo dentro de ellos. Pero aún Jesús fue “tentado en todo como nosotros” y terminando el verso “pero sin pecado”
Mientras estemos en el mundo, estamos expuestos a la tentación al igual que Jesús, pero Él no pecó, y nosotros tampoco tenemos que pecar (1 Cor 10:13)
La base de la tentación son necesidades humanas legítimas. Podemos buscar en el mundo, la carne y el diablo para saciar esas necesidades o podemos buscar a Cristo quien promete suplir nuestras necesidades (Filip 4:19)
La esencia de la tentación es la invitación a vivir independiente de Dios.
El poder de la tentación depende en la fuerza de las fortalezas que se han desarrollado en nuestras mentes al aprender a vivir de manera independiente de Dios.
Si fuiste criado en un hogar cristiano donde las revistas y los programas de televisión de una moral cuestionable no eran permitidos, el poder de la tentación sexual en tu vida no será tan grande como la de alguien que creció expuesto a material pornográfico, ¿por qué? Porque tu necesidad legítima de amor y aceptación fue saciada por padres que también te protegieron de exponerte a medios ilegítimos de satisfacer tus necesidades.
La persona que creció en un ambiente de inmoralidad puede experimentar mayor lucha con la tentación sexual simplemente porque esa fortaleza en su mente fue establecida antes de que naciera de nuevo.
Jesús fue tentado a satisfacer Sus necesidades físicas usando Sus atributos divinos independientemente del Padre, al convertir unas rocas en panes. Pero en su lugar Él respondió “no solo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios” Mat 4:4
Nosotros debemos responder de la misma manera a las tentaciones al descansar en que Dios suple nuestras necesidades
Por Neil Anderson
ORACIÓN
Señor, gracias porque eres Tú el que suple mis necesidades, quiero aprender a descansar en ti y ya no confiar en mis fuerzas, en el nombre de Jesús, amén.