Fil 2:7… hecho semejante a los hombres
Cristo era completamente Dios y completamente hombre.
En su “Teología Sistemática” el teólogo Charles Hodge escribió: “Las Escrituras enseñan que Cristo tenía una naturaleza humana completa. Es decir, tenía un cuerpo verdadero y un alma racional. Se entiende por un verdadero cuerpo un cuerpo material que en todo lo esencial era como los cuerpos de los hombres ordinarios, Cristo tuvo un alma racional también. Él pensó, razonó y sintió”
La evaluación de Hodge es correcta, pues Cristo tuvo todos los atributos esenciales de la humanidad. Él era más que Dios en un cuerpo. Él se convirtió en Dios-Hombre, siendo totalmente Dios y totalmente hombre.
Como hombre, Jesús nació y creció en sabiduría y en madurez física (Lucas 2:52)
Hebreos 2:14 dice “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo” Cristo tuvo la misma carne y sangre que nosotros tenemos.
Cuando vino al mundo, Él vino en carne humana normal que experimenta todos los efectos de la Caída. Él conoció el dolor, el sufrimiento, el lamento, la sed, el hambre y la muerte. Él sintió todos los efectos de la Caída sin conocer ni experimentar el pecado de la Caída.
Hebreos 2:17 señala cómo la humanidad de Cristo tiene una influencia directa en tu vida: “… debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote” Para que Cristo sintiera lo que tu sientes, Él tenía que hacerse como tú. Él experimentó todas las pruebas y tentaciones que tú, pero nunca cedió al pecado. Es por eso que Él es un fiel Sumo Sacerdote que nos entiende.
Aliéntate “porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (Heb 4:15)
Por John MacArthur