Juan 3:21 Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que sea evidente que sus obras son hechas en Dios.
La luz divina no tiene solamente el efecto de hacer que las personas perciban la voluntad de Dios, sino que las capacita a caminar en los caminos del Señor. Sin la luz que el Espíritu Santo de Dios nos da, a través de su Palabra, somos espiritualmente ciegos. Sin la luz de Dios, jamás podríamos reconocer a Jesús como el Hijo de Dios y como el Señor y Salvador de nuestra vida, y no tendríamos fuerza para vivir de manera agradable a él.
Como cristianos no solamente conocemos la verdad, sino que vivimos de acuerdo con ella, amando a Dios, y amándonos los unos a los otros, así como Jesús nos enseñó.
ORACIÓN: Gracias, Padre celestial, porque actúas en nuestros corazones por medio de tu Espíritu Santo. Amén.