Salmo 3:3 Pero tú, Señor, me rodeas como un escudo; eres mi orgullo, el que sostiene mi vida.
¿Cuáles han sido las grandes victorias de tu vida? ¿Victorias profesionales, sociales, culturales, deportivas? ¿Será que con ellas conseguirás dejar huellas en este mundo?
Lamentablemente, sentimos una atracción tremenda por las cosas que el mundo nos ofrece, aunque por otro lado sentimos un gran recelo por todo aquello que Dios nos ofrece de manera gratuita. Dios quiere que depositemos nuestra confianza sólo en Jesús. Confiar en él es hacer la voluntad de Dios y creer en Cristo y en su obra redentora, que nos asegura la mayor de las victorias: la vida eterna junto a él en el cielo.
ORACIÓN: Querido Dios, tú eres un Dios de amor. Me amaste tanto, que diste a tu hijo Jesucristo en sacrificio por mis pecados para que yo pueda tener verdadera vida. Gracias, Señor. Amén.