1 Co 12:13 Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.
La unidad de la iglesia es la mejor prueba de que el Espíritu Santo ha llegado.
Mucha gente hoy en día busca algún tipo de evidencia de la realidad (ciencia y tecnología, pensamiento de la Nueva Era, religiones orientales, varios tipos de experiencias orientadas al cristianismo, etc.) Pero como he dicho y escrito en numerosas ocasiones, sólo la Escritura nos apunta hacia la genuina realidad espiritual segura.
La promesa cumplida del derramamiento del Espíritu Santo es uno de los verdaderos indicadores de la auténtica actividad espiritual. Y 1 Cor 12:13 nos dice cómo reconocer que Él está verdaderamente ministrando en medio de nosotros. En este verso Pablo nos da un comentario perfecto de lo que ocurrió tan espectacularmente en Pentecostés y ha sido visiblemente cada vez menos: El Espíritu puso a todos los creyentes en el Cuerpo de Cristo y todos los creyentes ahora tienen el mismo Espíritu Santo.
El proceso de juntar creyentes en la iglesia es un ministerio combinado del Señor Jesús y del Espíritu. Al usar la frase “por un Espíritu” en 1 Cor 12:13, Pablo está diciendo que el Espíritu Santo era el agente de Cristo para hacernos hijos de Dios. Eso significa que no necesitamos buscar otras señales místicas y experiencias para verificar la actividad del Espíritu en nosotros o en otros. Jesús quiere que simplemente entendamos Sus palabras en Juan 7:37-39 “…Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él”
Siempre que vemos personas ser salvadas y luego madurar en Cristo, podemos estar seguros de que el prometido Espíritu está obrando. La realidad de la promesa es un recordatorio constante de la fidelidad y consistencia de un Dios soberano que está obrando para proveernos con el sentido más grande de la vida de consuelo, gozo y seguridad espiritual.
Por John MacArthur