Efesios 2:8-9 Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte.
Desde el comienzo de los tiempos, el hombre ha estado tratando de ganar, comprar, o manipular el favor de Dios. Pero todos esos esfuerzos han sido y siguen siendo completamente inútiles.
No hay forma que seamos lo suficientemente ricos o generosos como para ser dignos del favor de Dios y de la vida eterna. La vida eterna es un regalo gratuito que Dios le hace a su pueblo a través del sufrimiento, la muerte, y la resurrección de su hijo Jesucristo.
En nuestra relación con Dios NECESITAMOS un Salvador. Porque aun cuando la guerra ha terminado y la salvación ha sido ganada, mientras el mundo siga existiendo la batalla continúa. ¡Demos gracias a Dios porque Cristo es nuestro Salvador y nuestro Campeón! Su vida sin pecado y su muerte sacrificial satisficieron la ira de Dios contra nosotros, pecadores.
A través de la fe somos declarados justos delante de Dios gracias a la victoria de Jesús sobre el diablo. Al llevar nuestros pecados a su cruz, Jesús tendió un puente sobre el abismo producido por el pecado que nos separaba de Dios.
A través del bautismo, Dios concede a sus hijos la victoria eterna sobre el pecado, la muerte, y el diablo. Quienes se aferran a la cruz en fe, pueden estar seguros en Cristo de ese final victorioso. Jesús dijo: “Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano” (Juan 10:28).
ORACIÓN: Señor y Salvador nuestro, te damos gracias por haber pagado el precio de nuestros pecados y habernos dado así la vida eterna sin costo alguno para nosotros. Envía tu Espíritu Santo para que nos mueva a compartir este mensaje de victoria con un mundo que tanto necesita al Salvador. En tu nombre. Amén.