2 Cor 3:17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
El caminar lleno del Espíritu no se caracteriza ni por libertinaje ni por legalismo, sino libertad. Pablo declaró que somos “siervos de un nuevo pacto, no de letra sino del Espíritu, porque la letra mata, pero el Espíritu da vida… Porque el Señor es el Espíritu y donde está el Espíritu del Señor, ahí hay libertad” (2 Cor 3:6, 17)
Yo creo que nuestra libertad en Cristo es una de las cosas más preciosas que hemos recibido de nuestra unión espiritual con Dios. Porque el Espíritu del Señor está en ti, eres libre para escoger vivir una vida responsable y moral. Ya no estás obligado a caminar de acuerdo a la carne como antes de tu conversión.
Y ahora eres libre de escoger caminar de acuerdo al Espíritu o caminar de acuerdo a la carne.
Caminar de acuerdo al Espíritu implica dos cosas. Primero, no es pasivo. Estamos hablando de caminar en el Espíritu no sentarse en el Espíritu. Uno de los perjuicios más peligrosos y dañinos para tu crecimiento espiritual es la pasividad –poniendo tu mente en neutral o punto muerto- El libro escrito por Jessie Penn-Lewis “Guerra en los santos” fue escrito para combatir ese modo pasivo de pensar. El sentarse y esperar a que Dios haga todo no es el camino de Dios para la madurez espiritual.
Segundo, estamos hablando de caminar en el Espíritu, no correr en el Espíritu. La vida llena del Espíritu no se consigue a través de actividades agotadoras e interminables. Erróneamente pensamos que entre más duro trabajamos para Dios, más espirituales nos volvemos. Esa es una mentira sutil del enemigo. Satanás sabe que quizá no pueda detenerte de servir a Dios al hacerte inmoral, pero puede probablemente estorbar tu servicio real al simplemente volverte más ocupado. Nuestro servicio a Dios puede llegar a ser un perjuicio a nuestra devoción a Dios.
Por Neil Anderson
ORACIÓN
Señor, deseo caminar de acuerdo al Espíritu hoy a Tu paso, no sentarme pasivamente a través de la inactividad o correr siendo arrastrado por estar demasiado ocupado, en el nombre de Jesús, amén.