Salmo 91:3-4 Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad.
Mientras que los primeros 2 versículos del Salmo 91 representan el carácter fiel de Dios, los versos 3 y 4 describen lo que Dios hace. El salmista nombra tres acciones que toma el Señor en nuestro beneficio.
Él nos libra del lazo del cazador y de la peste destructora.
Él nos cubre con sus plumas
Él es nuestro escudo.
La estructura de la oración hebrea nos permite señalar un énfasis particular en nuestro estudio de vez en cuando. En este caso, la parte enfática de los versos 3-4 es Él. Podríamos decir: “¡Sólo Él, nadie más!” Prácticamente hablando no encontrarás ninguna ayuda en lo absoluto o liberación de nadie excepto de tu Señor.
Veamos una por una las acciones específicas que Dios toma para protegernos y sostenernos cuando el enemigo ataca. El salmista describe estas acciones usando tres analogías diferentes.
1.- Él nos libra del lazo del cazador. La primera analogía imagina a un pájaro que se enreda en una trampa de cazadores, la cual es cebada con algo que necesita el ave. Mi diccionario dice que una trampa es algo con lo que uno se enreda, algo que es muy atractivo. La palabra “liberar” se tradujo de “natzal” que significa separar, remover. Sugiere que el pájaro ya había sido engañado por la trampa y había caído en ella. La muerte segura esperaba, descrita por la frase “peste destructora” Literalmente, una muerte de destrucción. Una traducción lo muestra como una muerte violenta.
2.- Él nos cubre con Sus plumas, debajo de sus alas. El Señor está aquí representado por un pájaro que vigila cuidadosamente de su cría. Tanto el Salmo 36:7 como el Salmo 57:1 mencionan la protección que tenemos bajo las alas del Señor. Cuando se presenta el peligro, los patos bebés y gansos van directo hacia su madre, quien crea un refugio con sus alas. La madre entonces girará para mantener ocultos a sus crías de cualquier depredador.
3.- Él es nuestro escudo por su fidelidad. El salmista ha representado la protección de nuestro Señor en tres formas distintas en estos versículos. Primero en la escena de un cazador, segundo en la escena de un ave y sus crías, ahora en la escena de una batalla. Aquí Él nos asegura que somos protegidos por Su presencia fiel. La palabra hebrea para “escudo” representa una barrera protectora suficientemente grande como para proteger a un soldado de una lluvia de flechas. El término traducido como “adarga” viene de un término que lleva la idea de circundante. Puede ser como otro tipo de escudo grande curvado. Porque el término también denota un tipo particular de piedra, el concepto de una barrera fortificada, como la de una pared de un castillo, tiene un mejor sentido.
A pesar de todo, la idea es la misma, en lo recio de la batalla, cuando los ataques del enemigo se vuelven insoportables, la fidelidad de Dios está ahí para tu protección, escóndete detrás de Él.
Por Charles Swindoll